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“EL JOVEN CONOCE LAS REGLAS, PERO EL VIEJO LAS EXCEPCIONES”

Crédito: Quino

Por Andrea Calvete

Es evidente que en todos los órdenes existen excepciones, y así la excepción hace a la regla. Aunque nos cueste mucho admitir a los si y a los no debemos agregar un tal vez o quizás.

Pero el hecho de tener conocimiento de las excepciones no implica que no nos equivoquemos, simplemente esta instancia nos amplía el horizonte de oportunidades para sobrevivir en este mundo complejo, competitivo y artero.

Las reglas son necesarias para cualquier tipo de situación, para que exista un orden, control, pero se debe ser cuidadoso pues muchas veces si son demasiado drásticas y cortantes, enojan a los usuarios de un sistema, negocio o lugar, donde de pronto se ven sorprendidos por cambios abruptos.

El grado en que se vayan implementando los cambios es fundamental en todo proceso, cuando las medidas se presentan gradualmente no nos toman tan de sorpresa y nos es más sencillo asimilarlas.

"La excepción confirma la regla en los casos no exceptuados", es una frase que tiene sus orígenes en el medioevo, o sea que es bastante antigua.

Excepciones a las reglas:

Es encontrar alguien amable en una oficina pública.

Cuando una persona te da el asiento en el ómnibus.

Que alguien en la calle si te ve mal se acerque y te pregunte ¿precisas ayuda qué te sucede?

Que los domingos los lugares donde uno puede ir a distenderse no estén repletos.

Que alguien te escuche sin interrumpir atentamente.

Que cuando vas a comprar un regalo siempre te guste lo más caro.

Que haya algo potable en los canales de televisión el fin de semana.

Nada es permanente a excepción del cambio.

Encontrar gente de palabra, que no le sea necesario firmar un documento.

Sobreponernos cuando nos caemos, sin salir lastimados… y así las excepciones se incrementan para cada persona en particular.

Gustavo Le Bon dice que “pensar colectivamente es la regla general. Pensar individualmente es la excepción”. Esta frase se arraiga en el mundo actual, en el que nos masificamos en la búsqueda de soluciones, tiempo y confort, perdiendo identidad.

Asimismo, cabe recordar que tantas veces “establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros”, en ese afán de no sentirnos responsables al transgredir las reglas.

Y las excepciones hacen a las reglas, pues si pensamos lo que es la vida en sí, una excepcional oportunidad para aprovecharla al máximo, sin desperdiciar un solo minuto.

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