CONJURO DE PAZ
Rompen con fuerza en la orilla del mar, su blanca y espesa espuma acaricia la arena, mientras el sonido apacible y constante, invita a perderse en la inmensidad, de sus aguas azules y profundas. El sol como un baño de oro, resplandece en el agua, irradia su energía y hechiza. Las miradas quedan cautivas, los deseos flotan en el aire, mientras que los anhelos pierden su timidez y vuelan libres como las gaviotas que llegan a la orilla. Sin palabras, ni rezos, un conjuro de plenitud y paz se ha instalado en las blancas arenas, que cobijan un plateado mar, lleno de misterio y encanto. Frente al mar, es posible desnudar nuestra alma, nuestro cuerpo, lo más íntimo. Él sabe escuchar a quien logra con sus pies descalzos transitar por sus orillas llenas de historias, de confesiones y plegarias, que viajan ola tras ola, como un secreto bien escondido, regalando paz y plenitud. Andrea Calvete