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Mostrando las entradas de noviembre, 2018

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VESTIDA DE TRISTEZA

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Con el frío gris de la mañana se cubre los hombros, peina su mirada y perfuma su sonrisa. No hay un lugar en el cuerpo que no le duela, respira opresión, le falta el aire. Su mirada apática y descreída camina sin rumbo ni sentido. Vestida de tristeza rumbea sus días. Pálida, apagada parece desvanecerse entre los diferentes tonos de grises que componen el cielo. Así se para el día frente a un mar que sopla fuertemente, y a nubes encapotadas que la enciman.  Con su ánimo de pocos amigos, enfrenta la jornada que la invita a quedarse adentro a calor de una estufa de leña, o un rico chocolate que caliente la tristeza que la acompaña. “¿Vale la pena engalanarse con esta energía”?, se pregunta, mientras de sus ojos se escapan lágrimas amargas que se disimulan en el resfrío que se ha instalado en su cuerpo. Sin embargo, por más que intente contestarse, no lo consigue. Vestida de tristeza carga un aura oscuro, un trinar agónico y los ojos de la desesperanza la envuelven con su manto coart

VOY A ESPERAR A QUE ME LLAME

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Ajenas a todo quienes las rodeaban dos mujeres conversaban muy amenas, yo no alcanzaba a escuchar exactamente lo que decían, pero una frase quedó en mis oídos: “Voy a esperar que me llame, hasta que no me conteste no voy a dar señales de vida” Desde, luego no sabía a qué se referían, pero me pregunté: ¿Por qué tantas veces esperamos a que nos contesten, den señales de vida? Luego de unos minutos de pensarlo, me di cuenta que la gran mayoría de las veces esperamos respuestas, desde lo que pensamos y sentimos, olvidando que los demás no piensan o sienten como nosotros. No es fácil ponernos en el lugar del otro, y mucho menos pensar con la cabeza del otro. Por otra parte, hay días que casi no nos entendemos nosotros mismos, cómo pretender comprender lo que piensa otra persona. Desde luego, que en ese esperar a que nos llamen, den una respuesta, hay mucho de orgullo, de no querer bajar la cabeza, de no ser los primeros en dar un paso que denote debilidad o vulnerabilidad, o simpleme

REPIQUETEAN LAS CAMPANAS

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El aire de la mañana frío y celeste se moviliza, mientras las campanas de la Catedral suenan para anunciar el paso de los minutos que transcurren a su ritmo. Lentamente, se levantan las persianas, los negocios abren sus puertas y los transeúntes comienzan a dirigirse rumbo a sus trabajos, todo se encausa lenta y cotidianamente, no para mí que no estoy en mi ámbito todo por descubrir, por conocer, por mirar con esos ojos que todo lo quieren saber, y que buscan más allá de las posibles explicaciones. Siglos de historia se esconden detrás de cada edificación. El sol se esmera por salir y se apoya en la ventana de la guardilla que da frente a mi ventana, encandila mi mirada, me invita a soñar, a mirar esa ciudad que me toma de la mano como huésped. En el diario vivir, nuestra cotidianidad nos lleva a dejar de ver todo lo sorprendente que hay a nuestro alcance, nos acostumbramos a ver edificios históricos, fachadas maravillosas o escenarios totalmente naturales como parte de lo

LA CABEZA DONDE LOS PIES PIENSAN

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Poner las ideas en su debido lugar no es tarea fácil, sobre todo si las queremos hacer tomar contacto con la práctica, es decir donde se desarrolla la vida, en el lugar donde luchan las esperanzas, sufren las desilusiones, se alegran los triunfos y se desplazan los sueños. La teoría sin práctica pierde razón de ser, sentido, es como sembrar para luego no ser cosechado. El mundo de las ideas suele volar a las tierras de la utopía, también a la de los intereses alejados de la realidad imperante o de las verdaderas necesidades. Donde se dejan las huellas, donde se pisa es el preciso lugar en el que hay que poner el foco, porque es el aquí y ahora que nos toca vivir, con nuestras circunstancias propias de nuestros días, de esa realidad que por momentos nos disgusta, nos amarga, nos preocupa porque sentimos que se nos escapa de las manos y poco podemos hacer para cambiarla. Quizás el primer paso para no alejarnos de esa realidad, sea pensar con la cabeza donde piensan los pies. P

“NO ES RICO QUIEN TIENE MUCHO, SINO QUIEN DA MUCHO”

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Quien recibe en un acto casi reflejo da, es como un mecanismo mágico que se produce sin pensar, una iniciativa que surge desde la gratitud y el agradecimiento. Dar trae consigo la sensación de sentirte útil y productivo. Cuando damos se enciende en nosotros un motor en el que la energía se multiplica, y de la misma manera comienza a crearse un engranaje a partir del cual lo que va vuelve, en un efecto casi de búmeran. Asimismo, dar está intrínsecamente relacionado con la solidaridad, a través de la cual podemos tender puentes, acortar distancias, vencer obstáculos, ubicados en un plano de igualdad que nos permite sentirnos cómodos a quienes estamos en cualquiera de sus extremos, que poco a poco se irán conectando, construyendo los eslabones de una gran cadena, por medio de la cual podrá fluir lo mejor de cada uno de nosotros, y esa energía circulará libremente. La solidaridad social y política son las bases de la democracia. Por eso nunca más acertadas las palabras de Mahatma Gandhi

LA RELIGIÓN DE CONSUMO

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El fetiche de la mercancía data desde tres mil años atrás, no deja de ser cierto que no hay nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, las distintas marcas de alguna manera transforman el mundo, mientras nosotros como compradores consumimos lo que es moda, y lo que se instala de última generación para acompasar el tiempo que nos toca vivir, olvidando o postergando lo que realmente podría ser parte esencial en nuestras vidas. ¿A qué me refiero con parte esencial en nuestras vidas? Corremos detrás de los mejores celulares, computadoras, electrodomésticos… para mejorar nuestra calidad de vida, nuestro confort, ¿a qué precio?, de pronto trabajando más horas, descuidando nuestros afectos, nuestras relaciones personales. Por otra parte, el hecho de estar tantas horas hiperconectados nos desconecta de estar con nosotros mismos, con lo que realmente nos sucede, así como con los seres queridos que tenemos alrededor. Pero supongamos que no descuidamos nuestras relaciones personales, igualment

EL BRILLO DE LAS ALIANZAS

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Las alianzas de cualquier tipo tienen un alto valor simbólico, pero el espíritu que las distingue es el del compromiso, el de unirse bajo una misma causa para ponerla en práctica abocados en esa unión por lograr los mejores frutos. Alianza es un término que procede del verbo aliar y que, por lo tanto, hace mención a la acción que llevan a cabo dos o más personas, organizaciones o naciones al firmar un pacto, un acuerdo o una convención, según el caso. Las hay de oro, de plata, platino, de cristal… del material que te quieras imaginar, pero creo que las más importantes son las que trascienden el papel, la tinta o los metales, esas que se cumplen porque están en el corazón y nacen desde lo genuino y auténtico sin necesidad de un símbolo que las recuerde o haga presentes. Y no estoy con esto desacreditando los símbolos que son muy importantes, sólo que me parece que lo que se hace intangible, invisible y sólo se percibe a través del palpitar se hace más intenso o profundo. Es as

A MEDIA MÁQUINA

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Al comenzar el día se prenden los motores, se calienta y se pone en funcionamiento la máquina, pero el cuerpo algunos días pesa toneladas y no quiere arrancar. ¿Por qué le cuesta tanto arrancar?, ¿Acaso el paso de los años pesa?, ¿los problemas o preocupaciones se cuelgan?, ¿o no hemos calentado lo suficiente? Interrogantes válidas a la hora de dar comienzo a una jornada. ¡Cuántos días quisiéramos vivir en sintonía con lo que nos circunda!, pero el engranaje se vuelve torpe y parece desfasarse de lo que ocurre a nuestro alrededor, y es como si camináramos a destiempo. ¿Por qué algunos días no podemos acompañar a la realidad que nos rodea? Porque nos levantamos con un mal día, porque nos duele mucho la cabeza, porque no dejamos de pensar en ese problema que no podemos solucionar, o porque sabemos que nos espera una semana en la que quizás no podamos cumplir ni con la mitad de lo que tenemos pensado… mil y una razones pueden contestar esta pregunta que se para al comienzo de ese dí

YA NO ME ACUERDO

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Ya no me acuerdo por qué dejamos de vernos, tomamos distancia o dijimos adiós. Pero, lo cierto es que pusimos punto final a esos encuentros. Ahora nos separa un océano, un cielo, una inmensidad que se acrecienta con el tiempo. ¿Existe punto final en los recuerdos? Quizás los porqué ahora resulten tenues o insignificantes, o simplemente pierdan nitidez. Hoy se desdibujen las explicaciones, los motivos y surgen los recuerdos, que de alguna manera no son del todo fiables, pero están allí borrosos y temerosos de salir a la luz. La bruma envuelve a los recuerdos, bañados de la humedad de la mañana, del hastío de los días grises, del calor sofocante de las horas de encierro, de los momentos amargos o de las noches de desvelos. Así disfrazados con ropas prestadas caminan en busca de mirarse al espejo más próximo. Parados en una inmensa sala repleta de espejos sus imágenes se distorsionan, y se pierden abrumados por la infinidad de opciones. Ya no me acuerdo, de qué reíamos, o por q

UN MUNDO REPLETO DE PLACERES PERO LEJOS DE LA ALEGRÍA

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Un mal de estos tiempos es que solemos habitar en un mundo repleto de placeres pero lejos de la alegría. ¿Se pusieron a pensar por qué nos alejamos frecuentemente de la alegría, por qué tomamos distancia como si fuera nuestro peor enemigo? Sinceramente creo que al incurrir en esta situación no lo hacemos en forma premeditada, simplemente nos proponemos alcanzar o cumplir un montón de metas, pero perdiendo de vista algo fundamental y es transitar con alegría. Esto ocurre, porque ocupados y preocupados por tantas cosas, borramos la risa de nuestro rostro, de nuestros pensamientos, fruncimos el ceño y continuamos apurados por cumplir con ese fin que nos hemos propuesto sin dejar que la alegría nos acompañe. Caminar en un mundo de placeres sin alegría puede dejar un sabor de insatisfacción, ya que al alcanzar la meta deseada sobreviene un dejo de tristeza o de vacío. Sin embargo, cuando el placer se encamina conjuntamente con la alegría entonces el resultado puede ser totalmente dif