DESDIBUJAR EL LETARGO

En los lugares menos esperados es donde suceden esos acontecimientos que de alguna manera nos hacen despertar, salir de ese letargo que por momentos asfixia. El día transcurría en una monotonía casi abrumadora, en realidad los casilleros del almanaque parecían haberse parado frente a ella de igual manera, sólo se distinguían las horas por esa rutina marcada y estricta que la aprisionaba inmóvil dentro de un circuito muy acotado. Se preguntaba el porqué de esta inercia, como respuesta el desencanto se vestía con su mejor atuendo para hacerle compañía. Su corazón reseco parecía no palpitar, su piel mustia y sus ojos bellos, pero sin brillo, miraban al cielo con escasa esperanza, saborizados por la desilusión. Despechada, había decido cerrar sus sentimientos a cualquier tipo de relación sentimental, prefería ser un pozo de agua estancada que un manantial vertiginoso, las aguas turbulentas si bien le habían posibilitado la sensación de estar viva, también la habían lastimado ...