EGOS OBESOS, MENTES ANORÉXICAS

En un mundo dominado por la imagen perdemos el rumbo, nos desviamos del camino con el afán de competir, de arribar a la meta, o simplemente de sobrevivir en la selva de cemento. En la medida que nuestro ego se infla nuestra mente pierde fuerza y se empequeñece, y en lugar de sumar restamos y lejos nos quedamos de superarnos. Los egos obesos inflados por la pompa del yo, caminan sin mirar a su alrededor, sin importar nada más que su ser, en tanto las mentes como sombras desvanecidas se consumen en la anorexia del pensamiento, y en el egoísmo de sus miradas. Cuando los egos desfilan arrogantes, sus palabras son un festín de vanidad, banquetes en los que se devoran la esencia de la humildad. Las ideas, como huesos frágiles, se desmoronan ante el peso de la autocrítica. Mientras tanto, las mentes se desvanecen en la penumbra de su propia negación. Son como pájaros enjaulados con las alas marchitas de la autoestima. Por estas razones, una autoestima adecuada nos permitirá enfrentar la vida ...