TODO PASA

No siempre somos conscientes de que todo pasa, y es entonces que los minutos nos parecen eternos, o los momentos se transforman en monstruosos compañeros, o fluyen con una alegría desmedida que casi no podemos controlar. A propósito de esa dimensión que le otorgamos al tiempo en función de nuestras emociones comparto un antiguo cuento que nos acerca a redimensionar el transcurso de la vida en su justa medida Cuentan que el rey mandó hacer un precioso anillo de diamantes a uno de los mejores orfebres, para que debajo de la piedra pudiera guardar una cláusula capaz de utilizarla en momentos difíciles de su vida. Reunió a todos sus consejeros y les solicitó trabajaran en una frase de dos o tres palabras a lo sumo que cumplieran con sus requerimientos. El Consejo de Ancianos pasó varios días tratando de buscar esa valiosa frase, pero no lo lograron. El rey preocupado porque debía marcharse al campo de batalla solicitó a su fiel compañero de ruta un antiguo sirviente que lo había visto crec...