LOS NUDOS DE MATILDA

Los hilos se fueron entrelazando poco a poco, el tejido tomó forma y el tramado dejó ver las huellas, los errores, los nudos más tirantes, los más flojos, así como las imperfecciones más pequeñas, todo surgió sin excepción. Desgastados por el tiempo habían olvidado el fresco aroma que los impregnaba por las mañanas. Los puntos tocaron la piel, acariciaron las palabras que quedaron atrapadas en el tejido testigo de leños crujientes, fuegos chirriantes, fuertes latidos y suspiros. Apretado y flojo, el tejido denotaba cierta paradoja; alimentada por los vientos que habían soplado desde diferentes puntos cardinales, por momentos llenos de pasión, en otros cargados de indiferencia y hastío. También quedaron plasmados todos los pensamientos que surgieron mientras artesanalmente se entrecruzaban los hilos. El pensamiento, un rincón donde las alas de libertad nunca se cortan. Caprichosamente, los diferentes hilos comenzaron a enredarse, a anudarse, fue como una bola de nieve. El nud...