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Mostrando las entradas de marzo, 2023

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¿CÓMO EVITAR LA SEGUNDA FLECHA?

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Una antigua parábola budista nos acerca al dolor que nos causan ciertas situaciones. La primera flecha es la que provoca el dolor, sin embargo, está en cada uno no disparar una segunda flecha sobre la herida inicial, porque allí es que surge el sufrimiento. Cuando decidimos juzgar lo que nos ha sucedido como un suceso negativo y nos quedamos estancados en ese dolor mental, dejamos que los pensamientos y las emociones negativas tomen el timón del barco, y así a mal puerto vamos por agua. Cuando no aceptamos las cosas como son, nos trancamos en el sufrimiento y el dolor no se alivia. Entonces comienzan las repercusiones en nuestro organismo: dolencias, malestares, enfermedades, porque todo parece estar desbalanceado. Esta parábola nos invita a que dejemos pasar esa segunda flecha, pero sin ignorarla, en un proceso de aceptación de lo sucedido. Las emociones vienen hacia nosotros como una flecha. Pero en lugar de dejarnos golpear por ella, simplemente observémosla. No la juzgues, no la ni

POR LA PUERTA DE ATRÁS

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Quien llega al desapego por la puerta de atrás no lo hace porque recorrió un camino místico o de elevación, simplemente la saturación lo llevó a soltar todo lo innecesario y es así como comienza el camino del desapego, tan útil para sentirnos más livianos de equipaje. Al camino del desapego se puede entrar por la puerta de servicio, la que nos puede acercar a lo que tanto buscamos y no logramos encontrar. Quizás cansados de tocar puertas, lleguemos hasta aquí luego de mucho rodar y sobrecargados de equipaje. Y si llegamos a esa puerta es porque decidimos dejar atrás lo que ya no nos sirve y nos lastima, lo que nos disgusta, lo que nos hace mal, o lo que nos tiene insatisfechos. El camino del desapego suele darse con el transcurso de los años, algunas personas lo logran porque han recorrido un largo camino espiritual, otras porque las experiencias les han hastiado a tal punto que dicen: “esta es la gota que desbordó el vaso, hasta aquí llegué”. El desapego sirve para hacernos entender q

SOMOS FAMILIA

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¿Qué significa ser familia? Quizás lo primero que se nos venga a la mente sean los vínculos sanguíneos, pero también podemos incluir los que tienen que ver con el latir del corazón. Esa vibración que se produce cuando nos emocionamos, cuando compartimos, disfrutamos y apostamos a regar ese árbol que nos cobija y une bajo la antorcha de la familiaridad. Somos familia porque decidimos compartir lo que nos pasa, nos abrimos a que todo sucede en un ida y vuelta, en ese dar y recibir desde lo más genuino y sincero. En donde la fraternidad aflora como un aroma esencial y protagónico. Somos familia desde el compromiso de ser y estar, dos verbos que tienen correlación directa y nos aproximan a existir desde la unión y la armonía. Con alegría y esmerado esfuerzo nos unimos para que todo salga de la mejor manera, para vibrar en sintonía. La familia es un templo, es ese edificio sagrado en el que se construye la confianza, se establecen los nexos del compromiso y solidaridad, en donde cada miemb

CUANDO LAS PALABRAS SABEN A POCO

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Hay momentos en que las palabras saben a poco, parece que los sustantivos y adjetivos escasearan, los verbos disminuyeran… sin embargo, el silencio corta el aire, se interpone entre lo que queremos decir y lo que se nos dice. Quizás este silencio sepa de muchas respuestas: de lágrimas sostenidas, de palabras omitidas, de pensamientos furtivos, de frustraciones, de pasiones, deseos, emociones vividas, de caminos por andar, o quizás mal recorridos… ¡vaya uno a saber! También las palabras pueden ser rígidas, austeras, pálidas y poco convincentes. Con esto no defiendo a las que imponen sus elogios desmesurados, que huelen a exceso de perfume y adorno. Posiblemente, las sinceras y nítidas, las dichas desde el corazón sean las justas y perfectas, porque ellas encierran lo que viene desde adentro con honestidad, sin prejuicios ni preconceptos. ¿Por qué saben a poco? Porque quizás no sean las que deseábamos escuchar, o porque tal vez nuestros labios pronunciarían otras diferentes. Lo cierto es