ENAMORARSE
No siempre somos conscientes de estar enamorados, generalmente nos damos cuenta cuando esa sensación recurrente de bienestar nos habita. En definitiva es un estado en el que la vida nos sonríe a pesar de sus ingratitudes, el viento nos acaricia en las mejillas y el sol brilla con esmero. El fundirnos con un atardecer, o perdernos en una mirada, o maravillarnos con un día de lluvia suelen ser las antesalas de este estado que nos acuna, que nos invita a perdernos en un suspiro o una dulce y agradable caricia. Las palabras son grandes seductoras , pueden llegar a ser incansables artesanas a la hora de embriagarnos con astucia y simpatía. Así nos embarcamos a escuchar un relato en el que nos sumergimos lentamente hasta que nos hallamos nadando en un mar profundo y lejano. El perfume que nos induce a este estado suele ser atrapante, con notas agrestes algunas veces nos visita , otras con notas cítricas y frescas , y no falta la ocasión en que el dulzor de su aroma nos conduce a u