CUESTIÓN DE CRISTAL Y PERSPECTIVA

El cristal a través del que vemos a los demás suele ser el mismo con el que nos vemos a nosotros mismos. Por momentos, con distorsiones importantes en cuanto a aumento y enfoque, otras empañado y humedecido por nuestro sudor y lágrimas. Así son las gafas que nos ponen ante nuestros ojos la realidad. Hay quienes invierten porque estas gafas sean precisas, se toman el trabajo de adecuar el cristal a su visión, e intentan pararse desde donde tienen mejor perspectiva. Sin embargo, calibrar bien el enfoque es una tarea ardua y complicada, porque en ella entra la subjetividad que nos acompaña en cada acto de nuestras vidas. En nuestra subjetividad tallan nuestras emociones, nuestros anhelos y deseos, nuestros enojos, nuestras frustraciones, nuestras represiones, todo lo que está a la vista y lo que se aloja en esas profundidades que no son accesibles. A todo esto debemos sumar que vemos en los demás lo que proyectamos desde nuestros deseos, y generalmente nos olvidamos que poco y nada...