CAJÓN BAJO LLAVE

En un pequeño cajón yacen algunos sentimientos que quisiéramos desterrar, dejar en olvido… pero persisten insistentes, porque la mente puja en un la lucha continua para trascender y superar lo que hemos transitado. Al abrir este olvidado espacio, llegan recuerdos borrosos, distorsionados por el tiempo, oxidados por esa mezcla de sensaciones que en algún momento no supimos manejar, o que lo hicimos de la mejor manera. ¿Por qué guardarlos allí?, ¿por qué creer que han conspirado en contra nuestro?, ¿por qué dar poder a malas energías que nos sumergen en el más oscuro dolor?, ¿por qué no admitir la posibilidad de habernos equivocado? Sencillamente, es necesario dejar fluir, abrir esos cajones conjuntamente con las ventanas, para que el aire purifique con su armonioso flotar nuestra propia existencia. Hurgar en el pasado, buscar respuestas es parte de lo que sin querer hacemos día a día. Sin embargo, las respuestas llegan cuando somos capaces de asimilarlas, no antes. El silencio...