LA RELIGIÓN DE CONSUMO

El fetiche de la mercancía data desde tres mil años atrás, no deja de ser cierto que no hay nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, las distintas marcas de alguna manera transforman el mundo, mientras nosotros como compradores consumimos lo que es moda, y lo que se instala de última generación para acompasar el tiempo que nos toca vivir, olvidando o postergando lo que realmente podría ser parte esencial en nuestras vidas. ¿A qué me refiero con parte esencial en nuestras vidas? Corremos detrás de los mejores celulares, computadoras, electrodomésticos… para mejorar nuestra calidad de vida, nuestro confort, ¿a qué precio?, de pronto trabajando más horas, descuidando nuestros afectos, nuestras relaciones personales. Por otra parte, el hecho de estar tantas horas hiperconectados nos desconecta de estar con nosotros mismos, con lo que realmente nos sucede, así como con los seres queridos que tenemos alrededor. Pero supongamos que no descuidamos nuestras relaciones personales, igualment...