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Mostrando las entradas de mayo, 2020

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MÁS ALLÁ DEL DOLOR

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Aquella mañana sombría en la que quedó tullido por el dolor, luego de varios amagues, advirtió que su colchón estaba demasiado a ras del suelo lo que le dificultaba incorporarse. Como las aves en busca de una nueva estación, los seres queridos y los amigos partían, mientras se nublaban las ilusiones y los obstáculos se interponían entre Raúl y su calle cuesta arriba. El tiempo le resultaba avaro, no le dejaba alternativas de las que disfrutar, sólo le facilitaba el espacio para que su dolor punzante lo atravesara, como una braza que se enciende muy lentamente hasta hacer de los minutos una eterna agonía. Las escalinatas de su juventud llena de ilusiones, de utopías, de banderas por desplegar, de sueños por cumplir, se esculpían en su memoria y amainaban el dolor. La integridad de sus pensamientos se mantenía sólida, acompañados de sus palabras y acciones que iban un poco desacompasados pero alineados. A Raúl le fascinaban los cielos estrellados encontraba en ellos misterio, magia, y la

TARDE DE VIERNES

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Los viernes son la línea mágica que nos traspasa al fin de semana, son el trampolín para poner a rodar todo lo que no pudimos hacer en la semana, y echar a volar la creatividad y la imaginación en todo aquello que dejamos pendiente por falta de tiempo y estamos expectantes de hacerle un espacio para poner en marcha Se acerca el fin de semana, y finaliza una semana más de mayo que se despide parsimonioso, para dar entrada a la humedad y frío del mes de junio, aunque hoy es una preciosa tarde. Los viernes tienen el aroma de la ilusión, de esa posibilidad latente, de algo por descubrir o probar. Es un día que se para saludable, sonriente nos abre los brazos para que pongamos sobre la mesa nuestros deseos y anhelos: siestas, libros, series, reuniones, caminatas, encuentros … ¡tanto por hacer, por pensar, diagramar o proyectar! Sin embargo, se complica cuando de ese sinfín de cosas que nos proponemos no llevamos a la práctica ni la cuarta parte, entonces al mal humor del lunes sumamos la

DOLCE FAR NIENTE

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“El dulce no hacer nada” de origen italiano, los uruguayos lo hemos heredado como parte de nuestra idiosincrasia, como un hábito que nos identifica. Y no significa literalmente, no hacer nada, sino disfrutar y compartir placenteros momentos con amigos, deleitarse con una rica comida o de vivir situaciones gratas. El “dolce far niente” nos invita a saborear la pausa, a entrar en contacto con “aquellas pequeñas cosas” como diría Serrat, que nos dejaron tiempo de rosas. Como muchos uruguayos somos descendientes de latinos hemos incorporado muy bien este dicho, y disfrutamos de una caminata por la rambla, de tomar mate bajo la sombra de los árboles, de una partida de truco, de un vino, del sol, de una rueda de una cerveza bien fría, de un café, de una rica comida…, pero siempre encontramos ese rato para hacer una pausa. Aunque creamos que no es necesario tomarnos esa pausa para “ese dulce no hacer nada”, estamos equivocados, es parte del diario vivir, de ese poder compartir los her

NACER ES UNA CUESTIÓN COTIDIANA

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Si bien tenemos una fecha de inicio, de llegada a esta tierra, de nacimiento y también una fecha de partida, no somos demasiado conscientes de la cantidad de veces que morimos y renacemos antes de llegar a ese último día en la faz de la tierra. Por lo tanto, nacer se torna en una cuestión cotidiana. Vivir, es nacer constantemente, es descubrir ese misterio que día a día vamos develando, mientras erramos el camino y tropezamos un montón de veces, hasta que renace una nueva veta en nosotros. En este constante devenir en el que todo cambia, no nos quedamos fuera, y renacemos cada vez que dejamos atrás lo que nos daña, lastima o enferma, para dar paso a un nuevo ciclo de vida. Vivir es nacer constantemente, es animarse a probar nuevos caminos, pero también a mirar con nuevos ojos. Y si algo nos está enseñando esta pandemia, Covid- 19, es eso, a ser capaces de ver más allá de lo que hasta ahora veíamos. Renacer entre las cenizas puede sonar a falacia o lindar con la utopía, sin embargo, a

DANZAR CON EL CORAZÓN

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Edgar Degas Quien danza con el corazón es posible que sus pies lo sigan, porque habrá en esa danza entusiasmo, calidez y luminosidad. Con cada latido espontaneo y sincero, se producirá la vibración, ese motor esencial para poder poner en marcha nuestros deseos y anhelos. Como parte de nuestra esencia, el corazón guarda con recaudo todos nuestros sentimientos, y late a su ritmo, más allá de que por momentos se empecina en determinados tramos del camino. Este músculo vital es quien nos hace palpitar y llevar con nosotros lo que consideramos parte de nuestra esencia. Si bien en él habitan nuestras penas, tristezas y sufrimientos, los sentimientos de amor y alegría son los que endulzan esos golpes que recibe, y a los que debe superarse día a día. Algunas veces cansado y entristecido, parece que oprime el pecho y nos deja sin aire. Sin embargo, es fiel y leal, porque suele cobijar a todas aquellas personas que quisimos y dieron un significado a nuestra vida, y por más que pase el

EL ABISMO DE LA DESOLACIÓN

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Traspasar cualquier tipo de abismo suele ser como abrir una puerta que vuela en el momento en que lo cruzamos. Cuando nos hundimos en el abismo de la desolación el aire comienza a escasear y las esperanzas se apagan a fuego lento. Un abismo húmedo, frío y oscuro, que nos deja tras enormes rejas. Se cuela entre los barrotes la miseria con su daga en mano, mientras nos oprime con su filo cortante y nos quita la poca esperanza que entra a través de los escasos rayos del sol. Es en estos momentos en los que nada parece claro, quisiéramos disculparnos con todos los que nos hemos equivocado, saldar viejas cuentas, para mirar con menos pesos sobre los hombros hacia adelante. Aunque, cuando todo parece perdido uno se pregunta: “¿Qué más da?” El abismo de la desolación abre sus puertas cuando lentamente nos vamos dando por vencidos, y cerramos las ventanas a los posibles, y abrimos las puertas al desaliento y a la desidia. Y de reojo nos mira la tristeza. Si bien no podemos evitar que e

"VIEJOS SON LOS TRAPOS"

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Hoy frente a esta “nueva normalidad” hasta el alma comienza a arrugarse. Y no dejamos de oír: “Agudicen cuidados personas mayores de 65 años”. Para algunos una fecha muy lejana, para otros una realidad en la que se sienten sanos y plenos. Sin embargo, esta situación lleva a que se desmoronen muchas ilusiones y la ansiedad se exacerbe, pero a no desanimarnos porque el mundo es de los que luchan, y "viejos son los trapos" según un viejo proverbio popular. Adultos mayores para algunos, para otros tercera edad, dos nombres que parecen tener gran peso, a tal punto que muchas personas se sienten disminuidas porque han concluido un camino, mientras que en otros ámbitos ocupan importantes lugares, como cargos gubernamentales, empresariales y despliegan su sabiduría y energía. Frente a esta realidad compleja y diversa ¿cómo es posible esta diferenciación tan abrupta y discordante? Por una parte, se habla de personas que ya han vivido su vida y necesitan descansar, aunque un gran

PREGUNTAS OMITIDAS

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Con ilusión abrazamos el nuevo día, la brisa nos envuelve con su vaivén, mientras la luna esparce su encanto casi magnético. En esta maravilla que nos posibilita el día a día, omitimos algunas preguntas, para poder continuar con nuestro mejor ritmo. Algunas preguntas las omitimos, pasamos de largo porque si bien no sabemos a ciencia cierta su respuesta, no deseamos ni escuchar nada que se les parezca. Pero en la medida que pasa la vida, nos preguntamos: ¿Cuántos días me quedan? En realidad, creo que es más importante cómo que cuánto. Porque nadie desea sufrir o padecer sus días. También relacionada con esta pregunta sobrevuelan los pendientes, lo que desearíamos hacer, pero aún no hemos hecho, y aquí nos pondremos más o menos exigentes dadas nuestras expectativas o tal vez dependerá de cómo estemos parados ante la vida. Ante la incertidumbre de lo que vendrá este marzo nos ha borrado de un plumazo cualquier posibilidad, nos sentimos como parados en arenas movedizas, o como caminando