REFLEJOS DEL ALMA

El sol reflejaba en el mar, las olas blancas rompían suavemente en la orilla. Las gaviotas danzaban alegremente en busca alimento, los primeros pescadores ya habían desembarcado de sus pequeños botes rojos. Su alma se espejaba en el agua que tocaba sus pies. Desde pequeño Pedro iba a esta playa, había crecido en este pueblo de pescadores, aunque el era artista plástico. Su padre y abuelo pescadores también le habían enseñado el oficio, pero lo suyo era pintar, crear, colorear, expresar lo que llegaba desde su ser más profundo, así como todo lo que lo rodeaba e inspiraba. Hoy se había producido un verdadero milagro, Pedro había visto reflejada la imagen de su alma en la verde y transparente agua. Pensó: “Estoy alucinando, porque no soy yo a quien veo”. Sin embargo, absorto en silencio observó maravillado e intentó descifrar lo que veía. Comenzó a ver gamas de azules y algunas tonalidades cálidas que gradualmente se iban intensificando, aparecían salpicados el amarillo, naranja y...