DESDE LA NOCHE DE LOS TIEMPOS
Su mirada penetrante atraviesa el espacio y el tiempo. Con delicada paciencia seduce a sus destinatarios y los conduce por donde mejor le parece. Se viste y se perfuma de acuerdo a la ocasión, aunque siempre lo hace con dedicado esmero. No siempre camina en la misma dirección, cambia el rumbo según el viento y la marea. Suele andar erguido, pero también se lo ve encorvado cuando cansado de andar no logra su meta . Algunas veces llega de prisa, casi sin aliento pues el tiempo le corre una mala pasada. Hila fino y despacio hasta lograr el entramado que se propone, cuanto más suave el hilado más sencillo se deslizan sus propósitos. Cuando un nudo obstaculiza su labor, con paciencia infinita pone manos a la obra, así el sabor amargo se convierte en una dulce y apetecible conquista. Nos conduce como marionetas y nos tiene preparado un camino, por eso nos peleamos día a día, o mejor dicho nos sentamos a negociar ¿cómo serán nuestros días, hacia dónde nos dirigiremos, cómo lo haremos? Porqu