DAME SOLUCIONES Y NO PROBLEMAS

Gastamos más tiempo y energía en hablar de los problemas que en afrontarlos, quizás como forma de desahogarnos y sentirnos mejor. Así pasan los días, los meses, corren los años y algunas situaciones no logramos enfrentarlas. Es muy común que entre amigos compartamos lo que nos pasa, pero también cabe cuestionarnos hasta que punto nos hace bien seguir hablando de lo que nos molesta, duele o perjudica. Hay un momento que uno siente que tiene que decir basta, hasta aquí llegué. Hoy uno de los lemas que nos trae la sociedad del siglo XXI es: “dame soluciones y no problemas”, y esto se aplica para el trabajo, para la casa, para las amistades y la familia. La gente que se queja constantemente ya cansa, y pasa a ser tóxica, a tal punto que muchas veces intentamos esquivarla. “Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar.” Se requiere valentía y fortaleza para tomar esta decisión, es estar dispuestos a comenzar de nuevo, a no dejar de sonreír, ...