MANDALA MÁGICO
Estuvimos sordos, ciegos, ocupados, distraídos, ensimismados, obtusos, necios, …, pero llegó ese día en el que tuvimos que parar, porque al fin la Tierra se hizo escuchar. Y que mejor oportunidad la de construir un mandala mágico en el que podamos representar todo lo que nos preocupa, ocupa e interesa, una representación con poderes sanadores y purificadores.
El mandala es una estructura de diseños concéntricos que representan la composición del universo y de la naturaleza. Es una palabra de origen sánscrito y significa círculo; representa la unidad, la armonía y la infinitud del universo mediante el equilibrio de los elementos visuales
Comenzamos con el centro del mandala, un círculo en el que los cuatro elementos naturales: agua, tierra, fuego y aire aparecerán rodeado por esa esencia en la que nuestro ser habita. A este gran círculo le continúa otro rodeado por una gran flor en la que el silencio nos permitirá meditar para conectarnos con nosotros mismos y después con los demás.
A esta inmensa flor le seguirá un círculo en donde la solidaridad, la comprensión, el amor, la fe y la esperanza se entrelazarán para dejar salir todo lo que nos asfixia y no nos impide continuar.
Luego aparecerán las preguntas, las dudas, los cuestionamientos, seguidos por inmensos puntos suspensivos y una gama inmensa de colores que nos permitirán volar, crear, soñar, porque es momento de ser creativos y de no bajar los brazos.
Los colores perfectamente colocados han formado una figura maravillosa que nos invita a ser y a unirnos con el universo que nos rodea para así poder estar en paz y armonía desde este mandala mágico lleno de fe y esperanza, iluminado por el amor que en todos nosotros habita.
Andrea Calvete
El mandala es una estructura de diseños concéntricos que representan la composición del universo y de la naturaleza. Es una palabra de origen sánscrito y significa círculo; representa la unidad, la armonía y la infinitud del universo mediante el equilibrio de los elementos visuales
Comenzamos con el centro del mandala, un círculo en el que los cuatro elementos naturales: agua, tierra, fuego y aire aparecerán rodeado por esa esencia en la que nuestro ser habita. A este gran círculo le continúa otro rodeado por una gran flor en la que el silencio nos permitirá meditar para conectarnos con nosotros mismos y después con los demás.
A esta inmensa flor le seguirá un círculo en donde la solidaridad, la comprensión, el amor, la fe y la esperanza se entrelazarán para dejar salir todo lo que nos asfixia y no nos impide continuar.
Luego aparecerán las preguntas, las dudas, los cuestionamientos, seguidos por inmensos puntos suspensivos y una gama inmensa de colores que nos permitirán volar, crear, soñar, porque es momento de ser creativos y de no bajar los brazos.
Los colores perfectamente colocados han formado una figura maravillosa que nos invita a ser y a unirnos con el universo que nos rodea para así poder estar en paz y armonía desde este mandala mágico lleno de fe y esperanza, iluminado por el amor que en todos nosotros habita.
Andrea Calvete