Si bien es necesaria, para encontrarnos con nosotros mismos, también es un gran enemigo que mantiene a muchas personas, tristes, aisladas, amargadas, en total estado de depresión. Como seres sociales, necesitamos el contacto con nuestros semejantes, entonces ¿cómo lograr ese justo equilibrio para que no pase a ser una piedra en el camino? Y no se debe confundir soledad con estar solo. Cuando uno está solo es porque se aparta voluntariamente, por diferentes razones, pero con la conciencia de querer hacerlo. Y aquí también surge algo que se nos ha inculcado y es que para “ser felices” debemos estar en pareja, formar una familia, conquistar un oficio o profesión, lograr un buen puesto de trabajo, aspirar a tantas cosas… y tantos patrones pre-establecidos que distan mucho de estar bien con nosotros mismos, y que nada tienen que ver con estar solos. También cabría recordar aquel dicho que dice “más vale estar solo que mal acompañado”. La soledad es una experiencia subjetiva por natura