CUANDO NADA ESTÁ CLARO

Cuando nada está claro se buscan respuestas, se escatiman sílabas, se piden prestados versos, canciones, se buscan colores, sonidos y formas… pero todo parece dirigirse en un sentido incomprensible. Los días buscan pararse como siempre, sin embargo, no los tomamos tan a la ligera, y todo parece sentirse y apreciarse mejor. Los pinos perfuman las mañanas, el otoño sabe como nunca a lavandas y romeros en flor. A pesar de que día a día todo se torna tan incomprensible, lo que si nos queda claro es lo que hasta ahora no habíamos valorado, o habíamos pasado por alto. Surge esa dicotomía de ser y no ser, de estar y no estar, de querer y no querer… es que todo lo que queremos en estos días aparece esa disyuntiva. Y no es la primera vez en la que nos enfrentamos a ella, pero hoy nos acorrala en un rincón y nos pide que actuemos con precisión, porque cualquier falla puede llegar a ser irreparable. Cuando nada está muy claro se buscan respuestas, y de repente nos tropezamos con viejos estante...