SE PEINA LA RUTINA

Los movimientos rutinarios se desperezan cada mañana, se ejecutan con ritmo propio y se articulan entre lo aprendido mientras se peinan automáticamente. Cuando no se realizan parece faltar algo, como si un objeto hubiera sido removido de su estantería. En su trasiego la mente intenta acallar todo sentimientos en busca de dejar pronta esa rutina que forma parte del día a día, donde cada cosa está en su lugar, hasta que un pequeño cambio parece tambalear esa superficie sobre la que rueda lo habitual. Los habilidosos logran sortear esos cambios con cintura como el mejor jugador evade a su contrincante. La rutina suele ser gris, monótona, sin embargo, se puede colorear según la creatividad e imaginación de cada compositor. Quien logra trascenderla de alguna manera, puede vibrar en una sintonía diferente, en la que es posible soñar, viajar, escuchar diferentes sonidos y aromas, descubrir nuevas imágenes y sorprenderse por algo que hasta ahora había pasado desapercibido ante nuestros sentido...