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SERENDIPIA: ENCUENTRO VALIOSO E INESPERADO

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La serendipia es el hilo invisible que une los fragmentos dispersos de la vida cotidiana. Es la chispa que enciende la imaginación y despierta la sensibilidad. Es un encuentro casual que resuena en las almas dispuestas a dejarse sorprender Su origen tiene sus raíces en un antiguo cuento persa titulado "Los príncipes de Serendip", que relata las aventuras de tres príncipes que, a lo largo de sus viajes, hacían descubrimientos inesperados y resolvían problemas de manera ingeniosa gracias a la observación y la deducción. Con el tiempo, la palabra se popularizó y se utiliza para referirse a la capacidad de encontrar algo valioso o interesante de manera fortuita o accidental. La serendipia es un regalo inesperado, un rayo de luz en medio de la rutina, una puerta que se abre hacia un mundo de belleza y significado. Es el arte de capturar la magia de lo fortuito y convertirla en una danza de palabras que acarician el alma del que se deja cautivar por la sorpresa. En cada página, en

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LOS MIEDOS QUE NOS UNEN

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Tiemblan los miedos en nuestro pecho, nos inquietan, nos susurran al oído sus inseguridades para mantenernos rehenes. Con el correr del tiempo intentamos conquistar nuestros miedos, y los transformamos en pequeños puntos de superación y crecimiento personal. «Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo… mira para atrás y ve el largo camino recorrido y ve hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver atrás. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Sólo cuando entre, el miedo desaparecerá, porque en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano» así lo expresa Khalil Gibran. Y temblamos de miedo cuando sabemos que vamos a ser padres, porque nos paramos ante una responsabilidad que nos hace dudar de si estamos preparados, pero respiramos hondo y cuando empezamos a sentir que nuestro bebé se

ETERNO ENTUSIASTA

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El entusiasmo se contagia, se palpita, se desliza suavemente en la medida que lo dejamos emerger y ser, que le permitimos expresarse y brillar. Quizás su permanencia dependa en gran parte de un esfuerzo personal y constante. No perder el entusiasmo es uno de los desafíos más importantes que se nos presenta cuando nos disponemos hacer cualquier cosa en la vida. Sin embargo, cada cual a su ritmo logra descubrir esa llama que lo hace vibrar y palpitar de modo de ser un eterno entusiasta. Uno de los condimentos básicos para el entusiasmo es mantenernos enamorados de lo que nos proponemos, porque cuando uno hace algo con pasión, con encanto, se mantiene enfocado, enérgico, dispuesto a traspasar barreras, a resolver obstáculos y a continuar sea como sea. De esta forma, no queda lugar para bajar los brazos, para los no puedo, para las dudas que paralizan, o para las palabras que desaniman, por el contrario, surge un dulce especial y casi afrodisíaco, como es la creatividad. Cuando la creativi

MOMENTO MÁGICO

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Me trajo hasta aquí una gripe intensa, que me llevó a viajar hasta el siglo XV y rememorar el antiguo romance anónimo y que algún juglar permitió que conociéramos: “Que por mayo era por mayo cuando hace la calor cuando los trigos encañan y están los campos en flor”. El veranillo que ha acortado nuestro invierno, mi fragilidad y el árbol desnudo que asoma por mi ventana se han dejado acariciar por el sol, y hemos sido testigos de un momento mágico. El árbol limpio de hojas, seco de verde y de vida, acurruca dos pequeños nidos, mientras dos aves negras y brillantes se bañan de sol y esperanza. Ese mismo fulgor llega a través de la ventana y me inyecta vida, y me siento como el prisionero suspirando tras las rejas de mi ventana, uniéndome a la vida a través del canto de los pájaros. Y tantas veces nos sentimos prisioneros por distintas causas, y los ruiseñores al igual que en el romance del prisionero son los que nos esperanzan con su canto, los que nos invitan a volar y a renacer. Es que

¿QUÉ TE ENCIENDE?

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Alguna vez te preguntaste ¿qué es lo que te enciende?, ¿qué es lo que te hace sentir vivo?, ¿qué es lo que te da plenitud? Es posible que la respuesta cambie a lo largo de la vida, pero en nuestro haber existe algo que nos hace resplandecer. Quizás la respuesta a la pregunta de principio sea eso que te aviva la mirada, lo que te acelera el corazón, lo que te mantiene como si el tiempo se detuviera y flotaras en un océano de plenitud. Tal vez te encienda una mirada, un libro, o un atardecer, o una noche de estrellas. Quizás algo que te apasione y te haga abstraerte de todo como sí la felicidad se sentara a tu lado. No es algo pensado o premeditado, simplemente se siente por algo o por alguien que es capaz de despertar en ti lo que hay dentro, eso maravilloso que está en vos y necesita manifestarse. Estas preguntas me remontan a la novela “Como agua para chocolate”, en la que Laura Esquivel comparte una antigua teoría heredada de su abuela que describe en forma fantástica cómo es posible

CAMBIAR LA PISADA

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  Como si la vuelta estuviera doblando la esquina, caminó hacia un amanecer que mostraba sus tonos rosados entre nubes grises y plomizas. Dar vuelta la página o cambiar la pisada sería poner fin a ese capítulo al que se aferraba para detener el tiempo. El devenir movedizo no la esperaba y no importaban los tropiezos. Había que continuar la marcha, porque el reloj se disponía a finalizar el día sin contemplaciones. Ema estaba lenta, sentía como si alguien la sujetara del buzo y detuviera su marcha. Aunque a simple vista sus preocupaciones no parecían muchas, para ella eran una carga agobiante que la tomaban de rehén, la afligían y frenaban. Recordó un viejo refrán de su abuela: “Ema, da vuelta la pisada”. Las palabras resonaron en su cabeza, pero su inmovilidad pudo más que cualquier frase de rescate. Fue entonces cuando Ema se aferró a dar vuelta la pisada, como un conjuro mágico se propuso marcar su huella con el pie derecho en la primera baldosa embarrada que encontró en la vereda. C

¡HOLA, CHICOS!

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A los niños no le gusta dormir la siesta, pero las tardes de verano sofocante no dejaban otra alternativa, y tanto mi hermano como yo nos oponíamos a la idea de pegar un ojo, la única alternativa que nos quedaba era jugar en silencio sin pelear durante ese tiempo de descanso y reposo que era sagrado para mis padres, y en que no debía volar ni una mosca. El sauce llorón refrescaba con su sombra, el parral perfumaba con sus uvas el aire, mientras las chicharrabas se hacían más sonoras a medida que el calor apretaba. El silencio de la siesta permitía que se agudizaran los sonidos. El heladero se sentía con su canto característico e infaltable: “Hay barritas, vasitos, sándwiches, bombón, heladoooo”, así se escuchaba durante varios minutos, mientras recorría la manzana. Si teníamos suerte y el heladero pasaba cuando se levantaban mis padres de la siesta nos compraban dos vasitos de crema. La siesta era un ritual de los fines de semana en el barrio. Nadie cuestionaba esta costumbre veraniega

APAPACHAR

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Apapachar es abrazar con el alma, es ese abrazo protector, fraterno y solidario; que no lo da cualquiera. Recuerdo que quienes más apapacharon durante mi niñez y mi adolescencia fueron mis padres, aún siento ese abrazo en los momentos en los que los días no dan tregua. Y me abrazaron con el corazón, me acurrucaron en su pecho con amor, me dieron calor y esa palabra justa y perfecta cuando una lágrima intentaba asomar. Apapachar es una palabra de origen náhualt que llega a nuestros días para recordarnos que hemos sido abrazados con amor y total entrega desde que llegamos a este mundo. Aunque su significado más próximo sería: “apretar hasta cubrir” Así a través de esta palabra rescatada de antiguas civilizaciones mexicanas, queda de manifiesto ese rito en el que un ser pretende proteger a otro, y lo hace en ese abrazo que se puede remontar a la noche de los tiempos. Y del mismo modo como todo se aprende y transmite somos herederos de estos abrazos para quienes realmente amamos en donde

PARA ARREGLAR AL MUNDO, PRIMERO HAY QUE ARREGLAR AL HOMBRE

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Lejos de parecer una utopía, hoy compartiré un cuento que nos acerca a ver que nuestro mundo todavía se puede salvar. Algunas veces las soluciones parecen estar en los otros, en los gobiernos, en los estados, en las naciones, pero es una realidad que los grandes cambios comienzan por uno mismo, en esa conjunción en la que construimos al ser humano. En este breve relato se resalta al hombre como solución a los problemas del mundo Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba semanas en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo de 7 años invadió el laboratorio decidido a ayudarlo en su trabajo. El hombre se puso muy nervioso por la interrupción pues estaba contrarreloj, pensó entonces una forma de mantener ocupado y entretenido al niño. Miró rápidamente a su alrededor y encontró una revista en la que había un mapa con el mundo ¡Justo lo que precisaba! Con unas tijeras recort

TU ACTITUD LA LLAVE DE TUS LOGROS

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La actitud es la chispa que enciende la pasión en nuestras acciones, convirtiendo los obstáculos en escalones hacia la cima. Es el combustible que alimenta nuestros sueños, transformándolos en metas alcanzables. La actitud es una virtud que puede marcar una gran diferencia en nuestra vida. Es como un gran imán atrae lo que reflejas, por lo que una buena actitud llevará consigo resultados satisfactorios. Cuando nos disponemos con mala actitud, por enojo, desencanto, cansancio… los más perjudicados somos nosotros mismos, porque entramos en un espiral en el que las situaciones negativas se empiezan a sumar, y cuando queremos acordar no sabemos cómo salir de allí. La actitud es una energía que se desprende en todo lo que hacemos, en nuestra postura, en nuestros gestos, pensamientos y acciones, es así que pronto se ve reflejada en nuestro diario vivir sin que seamos capaces de percibirlo. Es el aliento que nos impulsa a levantarnos una y otra vez, cuando el fracaso se hace presente. Es la m