NEWTON, SU ROLLO Y LA GRAVEDAD
Con el correr de los años todo lo que comemos parece instalarse en la zona abdominal, probablemente por cambios orgánicos y hormonales, pero los que han pasado los cuarenta saben que a partir de esta edad hasta el aire que respiramos se asimila y se convierte en una masa adiposa. Y con el peso de la gravedad y los años todo cae, inevitablemente, se engorda con más facilidad, todo lo que sube baja, y aunque intentemos detener la caída, o el aumento de peso es ir contra la vida misma. Parafraseando a Quevedo erase un rollo a una barriga pegada, erase un rollo superlativo, al que el mínimo vaso de líquido contribuía a aumentar su tamaño. Suena gracioso, pero no lo es tanto para el que padece el problema, que ve que al hacer abdominales no surge efecto, y que dejar de comer ya no es una opción viable. Algunas veces alegre y divertido es parte del jolgorio, otras cabizbajo y meditabundo toca fondo y al mirarse en el espejo la imagen no es la más alentadora. Al rollo se suman otros p