DE CAUSAS PERDIDAS
En tono perentorio elevaban sus voces en busca de tener la razón. Reunidos el miedo, la cobardía, el egoísmo, la envidia, el odio, la venganza, y el orgullo, pretendían sacar el mejor partido de lo que quedaba de la humanidad, con el deseo de verla finalmente vencida. Los ojos amarillos de los presentes desplegaba esa vileza que los distinguía. Un hornero que buscaba barro para su nido, se detuvo en la ventana de la habitación y observó el aire viciado, cargado de desprecio, despotismo, egoísmo, lleno de falta de comprensión, y carente de una gota de solidaridad. Aunque estaba agotado de volar, decidió retomar el rumbo si se quedaba un minuto más allí perdería la poca energía que le quedaba. Continuó el vuelo, lleno de vida y esperanza, había un sentido en su camino, ese nido que hoy iba a construir no era para su familia, ya estaba entrado en años, era para él para habitar tranquilo, para disfrutar de ese transitar aquí y ahora, en ese tiempo en el que ya se encontraba más cerca ...