COLOR ESPERANZA
Un bien común a todos, por algunos perdida, por otros encontrada, y para una gran mayoría el oxígeno que carga de aire día a día sus pulmones, precisamente en los momentos en que todo parece perdido. Sin embargo parafraseando a Mercedes Sosa: “Quien dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”. Ofrecer, es sustancial cuando ponemos en práctica esta virtud tan necesaria para la vida, porque si no damos posiblemente nada recibamos, en el devenir todo es cambio y movimiento, que precisa de acciones y compromisos constantes. Si bien los obstáculos, las dificultades y problemas la opacan, quitándole crédito a la esperanza, el ser humano generalmente permite que aflore para dar energía a sus días, a sus motivos de existencia. Porque quien la pierde, queda en tinieblas, cargado de miedos, de fríos internos que lo único que hacen es paralizarlo. Cada amanecer trae consigo nuevos rayos de esperanza, de luz, que son ese motor vital para no quitarnos la ilusión, el entusias...