UN SER EXCEPCIONAL

En una suerte de carrera, en la que quedamos atrás sin poder hacer nada más que aceptar su partida, se nos adelantan en el tiempo. Un mutismo sin palabras, sonidos confusos, aromas incomprensibles se mezclan en ese poco sentido con el que se colorea todo. El adelantarse en el tiempo no es cuestión de cronómetro, no tiene relación directa con los años vividos, es una carta de la vida que llega cuando es el momento justo de la partida. Hoy quiero dedicar esta vivencia a un ser excepcional que se nos adelantó en el tiempo. La excepcionalidad estuvo de la mano de su mirada atenta, solidaria y sincera. De su humildad perfumada por la gran sabiduría que lo acompañó. Fue así que brilló en cada cosa que hizo, no por sobresalir, no por destacar, sino porque en cada acto de su vida estuvo el compromiso y la buena fe, el gesto fraterno y la palabra justa. Su vocación de servicio se vio reflejada en la Medicina, a la que entregó largos años de su vida. Como un gran Humanista supo leer y comprender...