EL SILENCIO TIENE LA PALABRA
Quizás al detenernos en estos días aparezca todo lo que había pasado desapercibido y nos resistamos menos al cambio. Transitamos un tiempo lleno de desafíos, de esfuerzo, concentración y sobre todo mucha paciencia. De la mano de la paciencia viene la comprensión, la solidaridad y la empatía. Es momento de parar y mirar a nuestro alrededor, y aunar esfuerzos.
Es momento de callar, de hacer silencio para comprender qué es lo que ocurre, para encontrar las respuestas que posibiliten una salida. Al callar daremos paso a la meditación, a ese encuentro profundo y tan necesario.
En este silencio impuesto en estos días, se visten los aromas del tiempo, y las notas silvestres de la naturaleza.
Hoy el silencio tiene la palabra, difícil tarea en esto tiempos en que somos sordos por naturaleza, en que hacemos caso omiso a todo.
Dicen que todo llega a su debido tiempo, y como seres llenos de virtudes y defectos, de posibilidades vamos transitando etapas, situaciones que corresponden a ese momento vital que nos toca enfrentar, en el que cuestionamientos, problemas, anhelos, sueños, se hacen presente, hasta que llega ese día en el que nos paramos y logramos ver lo que ha pasado desapercibo, y se hace verbo en el camino, se materializa a través de una decisión que se vuelve acción.
Hoy en silencio se viste los aromas del día, penetra suavemente y se presenta sin que nos demos cuenta. El tibio perfume otoñal deja sentir notas que renacen llenas de matices. Sin embargo, ser conscientes de este bello despertar es abrirse a las posibilidades a la espera de materializarse.
Andrea Calvete