SOLSTICIO DE INVIERNO
Comienza a
perder su fulgor,
la luz se disipa lentamente,
mientras un
frío invade
su suave
cuerpo.
Empalidecen los colores,
los matices
se esfuman,
mientras que
los sonidos
se tornan lejanos y fríos.
Un inmenso
pesar se instala,
para oprimir
su pequeño pecho.
El
descreimiento y la desconfianza,
pronto se
hacen presentes.
Piensa: “¿Estará
todo perdido,
o quedará un
vestigio para
rescatar en
este desolado invierno?”
La crueldad
del invierno, no deja
flores en
pie, ni árboles con hojas,
todo muere y
se apaga lentamente.
Sin embargo,
para renacer,
es preciso
morir,
yacer en ese
lecho frío y doloroso,
para levantarse
luego,
con fe y
esperanza,
para aprender
a mirar
con nuevos
ojos,
y transitar nuevos caminos.
Andrea Calvete