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SE APROXIMA OTRO FIN DE AÑO

Por Andrea Calvete

En vísperas de las fiestas parece que el mundo se fuera a acabar, la gente se agolpa en los negocios, y corre descontrolada buscando no dejar ningún detalle sin resolver. Tiempo de balances, de cuestionamientos, un mes complejo y agotador.

Si bien se respira un aire festivo, el descontrol y la desmesura acompañan el clima, cierto nerviosismo se percibe igualmente en el tránsito.

Los estacionamientos de los comercios desbordan, y los carros de supermercados suelen incrustarse en nuestros tobillos. Colas interminables se suscitan, mientras miramos desesperados el reloj porque todo lleva el doble del tiempo habitual.

Ahora que esto suceda dos o tres días antes a Noche Buena o Navidad es natural, pero que desde comienzos de diciembre se viva este clima resulta conmovedor. Por su puesto, es un mes de despedidas, de festejos, que conllevan a que los días también sean menos rendidores.

Aunque cabe preguntarnos ¿no sería mejor en lugar de tantas despedidas el mismo mes reunirnos más seguido, y no dejar todo para último momento?

Bueno a todos estos días de caos y complejidad debemos sumar los días de rebaja del IVA que convierten los Shoppings en una verdadera pesadilla, a pesar de sus tentadores precios.

Por otra parte, nuestro sistema digestivo es partícipe de un sin fin de eventos, que nos permiten llegar a las fiestas con unos cuantos kilos de más y con una gastritis incipiente. La ingesta de alcohol se hace excesiva, y las jaquecas están a la orden del día.

Si observamos en un mes de excesos, de descontrol, de estrés, de cansancio. Por otra parte se acerca el fin del año, y queremos hacer todo lo que nos quedó pendiente antes del 31 de diciembre, entonces las cosas se complican aún más.

Tiempo de balances, de cuestionamientos, y de análisis, quizás en el momento menos adecuado del año, pues en medio de tanta ebullición y compromisos, difícilmente los balances arrojen números reales.

Igualmente, son fechas en que las ausencias se hacen muy notorias, las lejanías se incrementan, y los sentimientos afloran, sin preguntar si tienen permiso o no, ocasionando grandes sensaciones de vacío por esos seres que ya no están o que se encuentran a gran distancia.

Pero también debemos poner en la balanza, todos los jóvenes que nos rodean que son el porvenir, la alegría el futuro, la esperanza de seguir avanzando. Si bien perdemos muchos seres queridísimos en el camino, también afortunadamente se incorporan tantas personas que son dignas de nuestro orgullo, admiración y ganas de vivir, de seguir con muchas fuerzas.

Diciembre es el último mes, y de allí que nos detengamos a mirar el año en perspectiva, para muchos serán 12 meses formidables, para otros más o menos, y para algunos un año desastroso. Pero más allá de cada situación particular, sea cual sea, debemos pensar en todo lo bueno que nos ha pasado, y dejar de lado lo malo, pues si permitimos pesar lo positivo, nos sentiremos mucho mejor, aún que haya sido muy poco es importante, debemos agarrarnos de ese poco para salir adelante, para dar otro paso más y así lograr mejorar, y avanzar. “¿Quién dijo qué todo está perdido?”

De mi parte, agradecerles la gentileza de leer la columna, y de seguir a UyPress desde los comienzos, pues en ese intercambio a diario con los lectores es que crecemos, nos nutrimos y avanzamos día a día. Les deseo muy Felices Fiestas y un próspero 2011 con salud, amor y trabajo, tres componentes esenciales en la vida de cualquier persona. Los dejo en compañía del proverbio hindú: “El corazón en paz ve una fiesta en todas las aldeas”, y de este modo será más sencillo vivir cada día como una fiesta.

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