CRISANTEMOS MORADOS
Reina de las flores de otoño, lleva consigo siglos de
crianza y cultivo de los japoneses, nobles y coloridas. Hoy llegan con un toque
nostálgico, algo resquebrajados, como marchitos por el sol que les da vida.
Despiertan esa sensación de desesperación y angustia ¿Será su simplicidad y perfección la que
invita a sumergirse muy hondo?... Quizás, tal vez…
Se resquebrajan pétalo a pétalo, inspiración tras inspiración, perdidos en los tristes ojos de la noche, sin destello de luna.
A pesar de su amplia gama de colores parecen todos
unificarse en el color morado, no llegan a tener la alegría y la pasión del
rojo, quedan allí a medio camino, cansinos.
Dejos de tristeza cargan los crisantemos como lágrimas
que caen desde lo más profundo, para acariciar un dolor punzante e intenso.