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CON LA ESPADA DAMOCLES ENCIMA

No sé si enfermaremos de Coronavirus, pero es palpable que el estrés y la desesperanza nos respiran en la nuca. Será una tarea personal a resolver a través de nuestra fortaleza y riqueza interior, la enfrentaremos día a día, paso a paso, mientras la espada de Democles nos apunta.

Damocles un cortesano adulador de la corte de Dionisio I, un tirano de Siracusa, Sicilia del siglo IV a. C. Dionisio intentó darle un escarmiento a Damocles, y le ofreció intercambiarse con él un día para que pudiera gozar de sus privilegios. Con la celebración de un gran banquete Damocles gozó siendo servido como un rey. Sólo al final de la comida miró hacia arriba y observó en la afilada espada que colgaba atada por un único pelo de crin de caballo directamente sobre su cabeza. De esta forma se le quitaron las ganas de los apetitosos manjares que le sirvieron y las hermosas mujeres que había pedido, y solicitó al tirano abandonar su lugar, prefería no ser tan afortunado.

Y a partir de esta leyenda La espada de Damocles es definida por el diccionario de la Real Academia Española como "Amenaza persistente de un peligro", muy al caso en estos días que nos tocan vivir.

A toda esta crisis sanitaria, en la que la salud está en juego trae aparejada un sinfín de consecuencias que nos preocupan y ocupan. Una de las primeras y más notorias es la económica, los precios ya habían subido con la llegada del nuevo gobierno, pero se han disparado en una suerte de compre el que pueda y el que no, no lo haga.

Por otra parte, muchas personas ya han quedado sin trabajo, y otras han ido a seguro de paro total y parcial, otros han disminuido sus sueldos en forma vertiginosa y el resto hemos puesto las barbas en remojo porque lo que viene no es nada alentador.

Ante este panorama cuesta mucho levantar el ánimo, dar consejos de respirar hondo, ser positivo, no perder la fe y la esperanza, sacar lo mejor de nosotros mismos, porque es como estar parados al borde de un gran precipicio.

¿Que nos queda?, escuchar día a día las noticias como que nos cae una espada de Damocles encima.

Tendremos que reinventarnos hacer lo que nunca habíamos soñado, o pensar en algo que nos permita seguir adelante como forma de sustento de vida. Porque evidentemente cuando vamos a abastecernos es un fuego lo que sale todo, y las necesidades básicas es imprescindible que todos las tengamos satisfechas.

No sé si enfermaremos de coronavirus, pero es palpable que el estrés y la desesperanza nos respiran en la nuca. Será una tarea personal a resolver a través de nuestra fortaleza y riqueza interior, la enfrentaremos día a día, paso a paso, mientras la espada de Democles nos apunta.

Andrea Calvete



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