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EL PERFUMADOR AMBIENTAL


Su sonido, apenas un murmullo, se desliza en la quietud como el susurro de las olas que acaricia la orilla. Como un eco lejano invita a la imaginación a desplegarse y a los sentidos a despertar.

El ruido del perfumador ambiental testigo mudo del tiempo, nos hace tomar conciencia del silencio del hogar, porque cuando hay ruidos pasa desapercibido.

Su sonar cada 36 minutos nos rememora ese tic tac de los relojes antiguos, o de los péndulos que se movían para marcar los segundos, o del resonar del campanario a la hora exacta, acontecimientos que nos conducen quizás por otros tiempos en el que los minutos corrían más descontracturados. De todas formas, los minutos continúan siendo los mismos, los que hemos cambiado hemos sido nosotros con nuestra forma de encarar los días.

Siempre me ha cautivado el sonido constante de los relojes, campanarios, péndulos, y ahora perfumadores, por tener esa particularidad de hacernos tomar conciencia de ese tiempo marcado en forma constante y perfecta, del que tantas veces estamos abstraídos como en otra dimensión y perdemos contacto. Sin embargo, es el tiempo real, es el lugar donde transcurre la vida.

El perfumador revela el pasaje de los minutos en forma automática y monótona. Su sonido se vuelve perturbador cuando en el insomnio de la noche se escucha esa emisión de perfume, indicador de que han transcurrido 36 minutos más sin que hayamos podido conciliar el sueño.

Hace unos años atrás no estaban tan de moda, pero ahora es común disfrutar de estos pequeños aparatos que han llegado para que un perfume agradable nos acompañe.

El sonido del perfumador ambiental es parte de nuestra existencia, se ha convertido en compañero cotidiano, le falta sólo que le cebemos un mate y se diría que ya es parte de la familia. También se han acostumbrado a él las mascotas como parte del hogar.

El perfumador ambiental con su danza etérea envuelve el espacio con sus diferentes aromas. Sabe a mar, a flores silvestres, a cítricos, a lugares soñados, a momentos vividos, y a la posibilidad de que algo pueda pasar.

El ruido del perfumador ambiental testigo mudo del tiempo, nos hace tomar conciencia del silencio del hogar, así como viajar a través de los sentidos perfumados hacia un universo creativo y placentero que hace más ameno nuestro diario vivir.

Andrea Calvete

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