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QUISO CREER

Obra: Alfons Mucha
Quiso creer aquella historia, tenía pocos puntos de sustento, estaba agarrada con alfileres que pendían delicadamente de la ilusión que brillaba en el horizonte. Poco a poco las palabras perfumaron sus oídos, realzaron sus sabores, deleitaron cada uno de sus sentidos anestesiados por los desteñidos años.

Tantas veces, quisiéramos creer historias, cuentos, narraciones, y nos paramos en la duda, más cuando tienen que ver con acontecimientos en los que estamos involucrados. Hay maravillosos narradores, creadores de fábulas, trovadores que musicalizan instantes mágicos.

Quiso creer para endulzar sus pensamientos, para encontrar un destello de luz, un brillo en aquella mirada miope, en los que hilos blancos comenzaban a enredarse entre sus dedos. Se miró al espejo, su imagen no condecía con lo que escuchaba, sin embargo siguió decida a dejar fluir aquella poesía. Comenzó a cuestionarse: ¿Se preguntó por qué creer aquellas palabras?

Creer por momentos implica, no cuestionarse, es zambullirse en un océano profundo, en el que mantenerse a flote es toda una hazaña. Es confiar en uno mismo, es sentir que los intentos pueden abrirse camino entre las montañas.

Quiso creer que aún existían motivos para sentirse viva. Entonces con reparo continuó con sus sentidos abiertos a lo que pasaba por delante de sus días, ávida por descubrir y encontrar respuestas a lo que hasta ahora habían sido puertas cerradas.

Más lejos o más cerca, tocamos esa puerta que nos conduce hacia nuestro yo más profundo. Por momentos cercana y en ocasiones tan lejana que al mirarla nos sentimos perplejos y confundidos. Pero al abrirla nos disponemos a creer, a decir sí es posible.

Quiso creer, "él era un fabricante de mentiras, tenía las historias de cartón, su vida era una fábula de lata, sus ojos eran luces de neón”. Entre esas fábulas encontró el brillo que había quedado perdido para así continuar decodificando el mensaje.

Andrea Calvete

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