A LA ESPERA
Cada instante que vivimos es parte de la espera, esperamos un cambio, un desenlace, una oportunidad, un desafío, un momento, ese quizás que ilusiona nuestros días y nos da fuerzas cuando flaquean.
La espera requiere de calma, de inspirar profundo y exhalar detenidamente, hasta que el tiempo se convierta en esa línea presente en el que ocurren las situaciones. Pero como no todo sucede como lo previmos o imaginamos los conflictos se instalan en nuestro diario transitar.
Es una costumbre muy humana querernos anticipar para resolver, y tomar cartas en el asunto lo antes posible, pero aquí se trata de ir viendo día a día, “golpe a golpe, verso a verso”
La espera algunas veces se entremezcla con el milagro de que algo suceda, con esa plegaria elevada para que sea posible aún lo que lejos está de cumplirse. Sin embargo, la ilusión es un color que ilumina la espera, en el que se abre la puerta al quizás y también a la aceptación.
Lo que vendrá después depende de nosotros de lo que hagamos con este tiempo de espera, de pausa, con lo que dejemos surgir. Posiblemente, ninguno de nosotros nos tocó hasta ahora vivir una situación así, por eso busquemos en lo más profundo de nuestro corazón la respuesta a " qué vendrá después" la que se materializará de la mejor manera porque parafraseando a Serrat “caminante no hay camino se hace camino al andar”
La espera está muy emparentada con la aceptación, y el reconocimiento, con ese descubrir en dónde estamos parados para abrirnos a la vida con todos los sentidos , con la humildad sosteniendo las manos, y la gratitud abrazando al corazón.
Andrea Calvete