Cargadas de enigma contornan el cielo, cincelan las formas, descubren lo eterno, se mueven despacio y a ritmo ligero, al tiempo que el viento susurra al oído novedosos cuentos.
Mágicos destellos de rayos se cuelan, descargan sus brillos, ardientes colores con llamas de sueños, que vuelan y esperan llegar a buen puerto.
La mente aturdida se mantiene absorta, y busca incansable la próxima forma, misterio escondido que sólo develan a quien vuela a ritmo de magia ligera.
Andrea Calvete