A LA SOMBRA DEL PEREJIL
Tibia y primaveral se perfuma la mañana. Los pájaros trinan su soleada alegría. Se contagia el renacer que vibra en el aire. El perejil crece frondoso y refresca con su aroma todo lo que lo rodea.
Los imposibles se desvanecen, y los posibles se sientan a disfrutar del hermoso día. El buen tiempo da un empujoncito para sonreír y ponerle ganas y entusiasmo a la jornada.
El mar deja sentir su aroma, aunque no se alcanza a ver, se inhalan sus notas frescas de espuma blanca y transparente fluir. Es que la primavera tiene el don de embellecer todo, de intensificar los colores y aromas, de maravillar los sentidos.
El perejil con su sabiduría y belleza en flor brinda calma y plenitud a este día en el que se respira renacer y vida. Mira embelesado las plantas que lo rodean, mientras se recuesta junto al cedrón que lo envuelve y perfuma feliz. La planta del incienso lo acompaña en esta tarea de embellecer y aromatizar los minutos.
El entusiasmo se viste de colores, de texturas suaves, de sonidos melodiosos, de sabores frescos y de aromas silvestres. Todo es posible a la sombra del perejil, los recuerdos vuelan felices por los rincones de la existencia, se toman de la mano, y bailan en sintonía con el día.
Los imposibles se desvanecen, y los posibles se sientan a disfrutar del hermoso día. El buen tiempo da un empujoncito para sonreír y ponerle ganas y entusiasmo a la jornada. El júbilo se esmera con su sonrisa prometedora a enamorar el día.
Andrea Calvete