LEYENDA DEL TEJIDO
El tejido se origina en culturas milenarias, es unificador, liberador y relajante, requiere de paciencia, atención y esmero. En torno a él giran infinidad de leyendas e historias. Desde la Toscana, una antigua leyenda le augura protección a quien teje en familia.
Los tejidos de la Toscana son muy cotizados y buscados por quienes llegan a esas tierras, sin embargo, me remontaré a la historia de una abuela que promovió el tejido como forma de mantener unida a su familia, generación tras generación.
Filomena nació y creció en la Toscana, aprendió a tejer a los seis años con su abuela y fue una excelente tejedora. Vino a Uruguay por el año 1900 en busca de ampliar sus horizontes, se instaló en nuestro país, trabajó duro y construyó una familia. Tuvo tres hijos varones y una mujer, a todos enseñó a tejer desde pequeños. Trajo consigo la belleza de aquellas tierras lejanas, la alegría de sus cantos y los girasoles luminosos como guías.
Los sentaba frente a la estufa de leña y cuando las brasas empezaban a dar calor les daba dos agujas y un colorido ovillo de lana. Lo primero que les decía: “la paciencia será una compañera y aliada en este desafío”. Los niños ansiosos por aprender, enseguida se les volaba la paciencia, pero ella tesonera y con el propósito de que aprendieran, les servía un tazón de chocolate caliente, les contaba algún cuento y así jugando, cuando querían ver, habían tejido su primera bufanda.
Los tazones de chocolate de Filomena estaban llenos de amor, dulzura y saborizados con esperanza. Hacían de cada encuentro un momento maravilloso, compartían risas, historias, y todo lo que les había ocurrido en la semana.
Sus hijos cuentan que había magia en aquellas agujas de tejer, que se movían a ritmo suave y armonioso, cada punto era elaborado con detallado cuidado. Así, el tejido se armaba de historias especialmente entrelazadas por los integrantes de aquella familia italiana que habían prometido continuar enseñando a las generaciones venideras.
Un día muy tormentoso de julio Filomena los reunió frente a la estufa de leña, les sirvió su delicioso chocolate, junto a un canasto lleno de lanas muy coloridas, la escena imposible de olvidar marcó un antes y un después en la vida de la familia. Filomena les dijo: “Hoy sabrán porque nunca deben romper esta tradición milenaria de continuar tejiendo junto a sus seres queridos. Cuenta una vieja leyenda de la Toscana que quien se inicia en las tareas del tejido es bendecido para que haya luz, fortaleza, paciencia y valor para enfrentar los problemas de la vida, el tejido servirá de escudo ante cualquier contratiempo. Esta vieja leyenda ha sido trasmitida en mi familia por mi bisabuela, y espero que ustedes lo hagan con sus familias para que siga encendida en las generaciones venideras”
Cuando finalizó el relato el fuego se avivó de forma poco común como si una presencia estuviera allí. Embelesados por el relato de su madre y el aura especial del fuego, prometieron continuar fieles al tejido trasmitiendo lo mejor de cada uno a los futuros miembros de la familia.
Pasaron los años, y todos en la familia desde los más pequeños a los más grandes tejen, en torno a la estufa de leña honrando a Filomena, al tejido y a la familia.
El tejido los ha mantenido unidos, sabe de historias y secretos, ha resuelto problemas, y continúa siendo terapeuta y escudo en el hogar que levantó Filomena a comienzos del siglo XX.
Andrea Calvete