AL ENCUENTRO DE LA PACHAMAMA
La naturaleza nunca se apresura, con esmerado trabajo día a día nace, crece y se desarrolla, y muere. Así se cumple el ciclo de la vida. La tierra tiene música para quienes escuchan, perfumes para los que sueñan, dimensiones para los que vuelan, sabores para los que catan sus bondades, texturas para quien palpan cada rincón, y paisajes sorprendentes y a su vez tan simple como la gota de agua.
Todo está en ella. Los antiguos alquimistas consideraban la existencia de cuatro elementos básicos en el universo: agua, fuego, aire y tierra; y utilizaban este término para referirse a lo que venía después de estos, es decir, un quinto elemento al que también se le denominaba éter o alma.
Hoy se celebra el día de la Pachamama, de la madre tierra, de esa naturaleza en la que todo habita, desde lo más simple a lo más complejo, un universo de posibilidades de colores, formas, sonidos, aromas y gustos que nos llevan a disfrutarla, pero también a cuidarla para que continúe siendo un bello legado para generaciones venideras.
Si miramos con profundidad a la naturaleza podremos comprender todo mucho mejor, alcanza tan solo con detenernos unos instantes, inspirar profundo para poder disfrutar y comenzar ese viaje magistral que nos propone la Pachamama y que se llama vida.
Hoy se celebra el día de la Pachamama, de la madre tierra, de esa naturaleza en la que todo habita, desde lo más simple a lo más complejo, un universo de posibilidades de colores, formas, sonidos, aromas y gustos que nos llevan a disfrutarla, pero también a cuidarla para que continúe siendo un bello legado para generaciones venideras.
Si miramos con profundidad a la naturaleza podremos comprender todo mucho mejor, alcanza tan solo con detenernos unos instantes, inspirar profundo para poder disfrutar y comenzar ese viaje magistral que nos propone la Pachamama y que se llama vida.
Andrea Calvete