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LA MÚSICA Y NUESTRAS EMOCIONES

Nuestras emociones se tiñen por las notas musicales, bailan a su ritmo, emergen hasta hacerse palpables y se manifiestan a través de las vibraciones que surgen de una melodía.

¿Qué sería de nuestros días sin la compañía de la música? Creo que es algo casi imposible de imaginar. Habrá a quienes les guste más o menos, pero es indudable que ella es parte de nuestra vida, de nuestros recuerdos, de esos momentos que marcaron un antes y un después.

Y así, cuando recordamos una situación o a una persona, muchas veces la asociamos a una determinada música, porque el cerebro y la psiquis humana tienen esa capacidad de asociar lo inasociable, o de recordar aquello que ya no teníamos ni la más remota idea.

La música es un lenguaje que proviene del alma, está sumamente relacionada con la capacidad creativa del autor, de su sensibilidad. Es el modo que el artista logra expresar todo lo que lo sensibiliza y, entonces, a través de las notas, acordes y letras manifiesta su esencia personal.

Según el gran músico y compositor alemán del siglo XVIII, Weber: “La música es el verdadero lenguaje universal”.

Por su parte, el cantautor argentino León Gieco afirma que “la música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, ni barreras”, por eso el artista es capaz de volar a través de sus creaciones que tienen el poder mágico de ubicarlo donde quiera sin sentirse rehén de nada ni de nadie, más que de sí mismo, de lo que siente o vive.

Alejandro Sanz, dice que “con la música, la vida tiene más sentido”, y comparto este pensamiento porque la música nos permite alegrar el día, nos acompaña en nuestras tareas, y es capaz de llevarnos a los lugares más íntimos en busca de los recuerdos.

Y la música es mucho más que la combinación de sonidos, voces e instrumentos, es poder transmitir historias, pensamientos, creencias, costumbres, ideas, anhelos, sueños, desventuras, amores...es un poderoso instrumento de comunicación que llega al alma con profundidad y suavidad, y sin pedir permiso se aloja entre nuestros pensamientos, recuerdos, formando parte de lo somos y seremos.

Atahualpa Yupanqui manifiesta que "la música es una de las cosas que puede salvar al mundo, porque un hombre que busca y encuentra y se solaza horas y días y años y años luz, a través de generaciones, con la belleza, ¿qué otra cosa puede querer que un mundo mejor?”

Y de acuerdo a todos estos testimonios, la música es la manifestación artística que permite al hombre expresar lo que es, lo que siente o ansía, acompasando sonidos y palabras según lo prefiera, y así vemos obras que han quedado como legado de la humanidad, manteniéndose en el tiempo vigentes y hermosas.

Andrea Calvete


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