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PSICODELIA DE COLORES

Conectarnos con nuestro interior no es fácil, descubrir ese yo dormido, oculto bajo esa cotidianidad que nos circunda y a la vez algunas veces no nos deja ser. Pararse ante lo que no nos animamos, o lo que quizás ni remotamente nos atrevemos a percibir, estar dispuestos a que confluya todo lo que hay en nosotros, en un intento por ser auténticos con lo que pensamos, hacemos y decimos.

Manifestar nuestra alma, nuestro yo interno sólo es posible cuando a través de un medio de expresión nos dejamos ser, dejamos fluir la psicodelia de colores que en nosotros habita, sin sustancias tóxicas, sin drogas, solamente a través de esas emociones que están a la espera de ser descubiertas, experimentadas.

El ser humano es creativo, inteligente, hábil conductor de las ilusiones y deseos, un soñador nato, dispuesto a crear y volar, a dejar fluir lo que en él habita. Lamentablemente, algunas veces con el correr del tiempo se va apagando ese ser soñador, creativo, inteligente, y va apareciendo un ser decepcionado, rutinario y gris, en el que quedan poco lugar para descubrir, renacer o revivir.

Suele suceder que ante las dificultades que vamos experimentando, las fuerzas se empalidecen, los ánimos se aplacan, y las ilusiones se desvanecen. Sin embargo, siempre se posible un cambio, un despertar y un comienzo, sólo es cuestión de estar abiertos a un desafío, a una nueva posibilidad.

Pararnos frente a esa realidad que nos circunda, y dar la bienvenida a lo imaginario, a lo irreal, a lo que quizás provenga de esas profundidades no habitas, tiene que ver con dejarnos seducir con esos brillos, colores, texturas, sonidos y aromas que están latentes, a la espera de que los dejemos ser, sólo debemos atrevernos a despertarlos y a permitirles manifestarse a través de cualquier expresión a nuestro alcance.

Quizás hoy es el momento preciso de pararnos ante nuestros procesos cognitivos cuestionarlos, desobedecer a esa rutina aplastante, y orbitar en la búsqueda de nuevas percepciones, estimulados por lo que aún no hemos sido capaz de descubrir y de alcanzar.

Cada día es un comienzo nuevo, un despertar a las oportunidades, a las nuevas etapas que nos quedan por andar y descubrir. Seguramente seguiremos aprendiendo hasta el último de nuestros días, pero hay que estar dispuestos a empaparnos de las nuevas notas de cada día, con ilusión y compromiso, con emotividad y entusiasmo.

Manifestar nuestra alma, nuestro yo interno sólo es posible cuando a través de un medio de expresión nos dejamos ser, dejamos fluir la psicodelia de colores que en nosotros habita, sin sustancias tóxicas, sin drogas, solamente a través de esas emociones que están a la espera de ser descubiertas y experimentadas.

Pararse frente a la psicodelia de colores es permitirse navegar entre la diversidad de oportunidades que tenemos y tantas veces no somos capaces de ver, de imaginar, ni si quiera de pensar, por temor, por encapsularnos en ese acotado mundo en el que encontramos un espacio en el que tenemos cabida pero realmente no nos cuestionamos ni por qué, ni cómo , ni cuándo, ni con qué fin estamos allí. Hoy es buen día, para cuestionarnos dónde, cómo , para qué , y hacia dónde dirigirnos y estar.

Andrea Calvete

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