SI TE RESISTES, PERSISTE
Se resistía a enfrentar los cambios, los desafíos, creía que estancado en aquel pozo de agua tibia y tranquila le llevaba a vivir sin sobresaltos. Sin embargo, algunas veces el agua se movía producto del viento y las tempestades, pero don Sapo se las ingeniaba para cambiar su guarida, en ese mismo estanque al que se resistía a salir.
Un día en el que las aguas estaban transparentes alcanzó a ver su imagen y no se reconoció, no vio ni un ápice de lo que había sido en su juventud, un luchador, entusiasta, decido a traspasar todos los obstáculos, ya no quedaba nada de él.
Se resistía a los desafíos porque temía que no podría con ellos, a vivir nuevas aventuras porque le traerían dolores de cabeza. Cansado de tanta resistencia sintió que todos sus miedos pesaban una tonelada, que sus inseguridades eran más reales que nunca y que su cobardía no le dejaba tiempo nada más que para agrandar todo lo que le llegaba a su mente.
Esa resistencia al cambio lo tenía sumergido en una tranquilidad que no era cierta, en un sosiego que lo alejaba de lo que amaba. El tiempo continuó su transcurso, y cuando quiso acordar la mayoría de los habitantes de aquel estanque ya no estaban allí, se sintió muy solo y angustiado, el tiempo le pasó factura.
Se resistía a enfrentar los cambios, los desafíos, creía que estancado en aquel pozo de agua tibia y tranquila le llevaba a vivir sin sobresaltos. Pero su resistencia había hecho que todo lo que no deseaba se instalara en su vida y persistiera como un gran obstáculo. Decido a salir de esa apatía y desventura, comprendió que era hora de embarcarse en la tarea más difícil y hermosa que es vivir.
Andrea Calvete