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PRIVILEGIADOS


Hoy los invito a descubrir si somos privilegiados. Desde luego que en esta propuesta la alternativa económica para muchos será una de las primeras que pondrán sobre la mesa. Sin embargo, si bien tener las necesidades básicas satisfechas es un derecho humano, partiremos desde esa base como premisa.

Somos llamados al privilegio de la vida desde el momento que un óvulo y espermatozoide deciden unirse, a partir de ese momento un vientre materno nos posibilita que continuemos en el camino, y todas nuestras células comienzan una carrera acelerada por seguir.

El sentirse privilegiados es algo que aprendemos desde pequeños con el ejemplo de nuestros padres, quienes nos enseñan a pensar y decidir. Así nos embarcamos en el camino de la libertad, una senda que nos posibilita ser dueños de nuestras acciones, decisiones, y también trae aparejada responsabilidad y compromiso. Sentimos entonces el privilegio de tomar nuestras decisiones, y aún en el desacierto nos alegramos porque aprendemos de nuestros propios errores y salimos fortalecidos.

El privilegio de un nuevo día no es nada menor, lástima que ocupados en lo que vendrá y en lo que ha sido, la mayoría de las veces no disfrutamos de este aquí y ahora, en el que tenemos la posibilidad de ser y estar, de transcurrir y fluir.

Somos privilegiados de percibir por medio de todos nuestros sentidos, de vibrar a través del pulso de la naturaleza que nos maravilla con cada manifestación cotidiana. Y uno no deja de asombrarse al mirar un cielo estrellado, o desbordante de nubes esponjas o uno diáfano en el que sol brilla con profundidad.

El privilegio de confiar aún cuando estamos entrados en años, creo que es algo para rescatar. Porque lamentablemente cuando transcurre la vida, las decepciones, desencantos, engaños, traiciones, y todo lo negativo que puede obstaculizar el tránsito suele cobrarnos factura. Sin embargo, quien está dispuesto a continuar en armonía intenta que estas piedras sean tan sólo diferentes obstáculos que sortear y continúa optimista en que un paso más adelante la confianza se vislumbre.

Pertenecer a un grupo es parte de la esencia misma del ser humano, y así diferentes agrupaciones son las que nos dan ese sentido de pertenencia a un país, a un departamento, a un grupo, a la familia, a los amigos, a los compañeros de tal o cual lugar, porque somos seres sociables, por lo que pertenecer nos hace sentir parte de, necesarios, aceptados, respetados y queridos. Por lo tanto, otro privilegio más que ponemos en nuestro haber.

Y aunque la pertenencia es algo que nos da bienestar y seguridad, el soltar lo innecesario, y andar con el menor equipaje posible a larga nos da oportunidad de sentir el desapego como un gran privilegio, en el que las ataduras se deshacen y las expectativas cambian, mientras lo deseos fluyen sin atarse a nada más que ser fiel asimismo.

Afortunadamente el devenir del tiempo nos ha enseñado que todo cambia, que nada es constante, ni permanente, es así que somos privilegiados porque tenemos día a día la posibilidad de cambiar, de crecer, aprender y avanzar.

Ser privilegiados es permitirnos desde el silencio ingresar a la dimensión que estemos dispuestos a transitar, para así en paz y armonía estar agradecidos por la infinidad de posibilidades al alcance de cada uno de nosotros. La gratitud es un sentimiento que nos llena de amor, bondad y alegría, nos permite preocuparnos menos y disfrutar más.

Andrea Calvete



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