FATTO IN CASA
Los retos
son el sabor de nuestra vida y corremos detrás de ellos buscando ser mejor cada
día, y en cada fracaso encontraremos un nuevo condimento para lograrlo. Los
desafíos implican distintos sabores en los deseos se harán presentes tallados
artesanalmente por las manos que los elaboran en forma cuidadosa y precisa.
Nos
nutrimos en cuerpo y alma, es así que
sabores y condimentos se mezclan en una continua búsqueda por un equilibrio
perfecto y difícil de encontrar. El sabor de las comidas será más gustoso y de
mayor calidad, cuando ellas sean caseras, hechas con cariño y afecto. Del mismo
modo, todo lo que realicemos con entusiasmo y lo mejor de nosotros, brillará en
sus resultados y nos abrirá puertas confiables que nos conducirán a nuestras
metas.De allí la
antigua frase italiana “fatto in casa”, “hecho en casa” siempre esta vigente,
lo hecho en forma artesanal, con nuestras manos y creatividad tendrá un valor
extra incorporado. Las cosas hechas con amor tienen el toque que sólo él puede
dar con la mirada llena de entusiasmo e ilusión, con el corazón abierto a dar
lo mejor.
Sin embargo,
en esta vida en la que los tiempos cada vez son más escasos ese “ fatto in
casa” va perdiendo vigencia, y se sustituye por el “ fast food” o “ comida
rápida”, o el pre- congelado, o pre hecho, pre pago y el prefijo pre… llega al
infinito, pues todo es pre algo. Faltaría un cartel que dijera: “Pre trabajo,
pre hijos, pre amigos, … pre solución”, mas este prefijo si bien muchas veces
es una solución efectiva, conlleva a olvidarnos de lo casero, de lo hecho en
casa, que sabe ¡tan bien!, e intenta rescatar valores olvidados o en vías de
extinción como son: compartir, colaborar, ayudar, elaborar con todos los
sentidos puestos en lo que hacemos. Asimismo, no es posible encontrar a todo
soluciones mágicas a través de los “pre”,
aunque en nuestros más utópicos anhelos sería una palabra hecha a la
perfección, pero en el mundo real se
convierte en una palabra ficticia, acartonada, sin demasiado valor.
La vida se
conforma de sabores dulces y amargos. Aunque el sabor depende del paladar de la
persona, y quien tenga un paladar muy exquisito seleccionará muy bien lo que
ha de consumir, más el que no sepa apreciar el sabor de un buen vino pues todo
le sabe igual, se conformará fácilmente sin demasiada selección. Del mismo
modo, lo detallistas que seamos a la hora de saborear será proporcional a las
expectativas de vida. Por eso vale la pena, seamos como seamos, con paladar más
o menos agudo, degustar y compartir de los sabores en familia y con amigos, que
son los que siempre nos dejan el mejor gusto en nuestro paladar, sabores genuinos y duraderos.
Y en ese
sinfín de sabores irá transcurriendo nuestra vida, en las que nos deleitaremos
con los más sabrosos e intensos, mientras que los amargos opacarán algunas
veces ese maravilloso gusto que nos deja el deber cumplido o la consigna
alcanzada .
El apostar
al “ fatto in casa” es volver a lo sencillo a lo elaborado artesanalmente con
amor, con las manos del cariño y el sacrificio, donde sea posible disfrutar de
la tarea realizada para poder ser compartida con la familia y amigos del alma.
Cada día son
más lejanas las grandes reuniones familiares a lo largo de extensas mesas por
diferentes motivos, pero más allá de ellos es hora de volver a sentarnos todos
juntos a compartir y a dialogar rescatando lo mejor de cada uno de nosotros, de
esos momentos en familia en los que la elaboración casera es primordial.
Con sabor a
fatto in casa llega como en una nebulosa cuando los abuelos que con mucha paciencia y
dedicación se sientan al lado de sus nietos y le enseñan a cocinar, a leer, a
escuchar música, o cuentan una vivencia que perdura por el resto de sus días y
no hay tiempo que logre borrar estos recuerdos que marcaron en nuestra memoria.
Y a los
mayores también nos viene a la memoria las comidas caseras de la madre, los
asados con todo cariño del padre, las mesas familiares, los domingos o cumpleaños en familia, las ruedas de
mate en torno a la mesa.
Todo lo que
es hecho en forma artesanal, casera, tiene la magia y el encanto de las manos
que trabajan y se comprometen a realizar con dedicación y esfuerzo, en donde se
echa a volar la creatividad y la imaginación. Así todo lo hecho con laboriosa
artesanía tiene especial valor a la hora de tallar lo mejor que hay en cada uno
de nosotros.
Andrea Calvete