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DIME CÓMO RESPIRAS Y TE DIRÉ CÓMO VIVES

En la vorágine del diario vivir cada vez resulta más difícil relajarnos, nudos inmensos se alojan en nuestra columna, el pecho oprimido pesa una tonelada, la irritabilidad brota a flor de piel y el cansancio se presenta rápidamente, todos ellos detonantes del agotamiento y el estrés que nos acechan. ¿Pero cómo desacelerarnos cuando tenemos tanto por resolver, por terminar y por hacer? Para eso les propongo que analicen ¿cómo respiran y podrán descubrir lentamente cómo viven?

Nuestras emociones, ansiedades y ritmo de vida guardan estrecha relación con el modo como respiramos. Un ejemplo ilustrativo puede ser cuando nos encontramos alterados o preocupados nuestra respiración se corta a nivel del plexo solar lo que dificulta la llegada del oxígeno. Así el estrés del diario vivir nos lleva a respirar en forma rápida e incompleta.

Para poder relajarnos es importante concentrarnos en una correcta respiración, tomando consciencia de empujar el abdomen hacia fuera con cada inhalación y regresarlo hacia dentro con cada exhalación. El respirar en forma adecuada nos permitirá relajar tensiones mejorando la capacidad torácica y una buena oxigenación por lo que aumentará nuestra energía.

Científicamente se ha demostrado que la respiración diafragmática es la más eficaz para aliviar tensiones, relajar los músculos y purificar el sistema respiratorio, induciendo a sí a mejorar el estado anímico, la energía y la confianza en un uno mismo. Es aconsejable que la respiración comience por la nariz nunca por la boca, para poder limpiar el aire, filtrarlo y humedecerlo, de modo que en entre de la mejor forma hacia las vías respiratorias.

Cuando inhalamos la mente se calma, y es más sencilla mantenerla sin ahogos, no ocurre lo mismo al exhalar es como si nos apremiara expulsar el aliento para inhalar rápidamente, por eso en la medida que logramos exhalar con calma y naturalidad, podemos acceder a mayores estados de consciencia, así como de tranquilidad.

Ya se pusieron a pensar ¿cómo respiran?... posiblemente una gran mayoría nunca se había hecho esta pregunta antes, pues es hora de analizar ¿cómo respiramos?, para lograr una mejor calidad de vida.

La primera inhalación la hacemos al nacer, y la última exhalación al morir, de allí que este proceso de respirar esté relacionado con nacer y morir al mismo tiempo, en esa relación de opuestos y complementarios que nos conduce a establecer esa energía vital, por algunos denominado prana, que en Sánscrito que significa aire inspirado.

Generalmente, el aire se impregna de lo que nos sucede, de la energía que desarrollamos, y si estamos felices aparecen sentimientos de alegría y esperanza flotando a nuestro alrededor. Sin embargo, cuando la tristeza, la melancolía o el dolor nos visitan, se carga nuestro pecho con una sensación de angustia que casi nos impide respirar. Gabriela Mistral, supo describir como pocos este espacio tan preciado y dijo: “Vuélveme tu suspiro, y subiré y bajaré de tu pecho, me enredaré en tu corazón, saldré al aire para volver a entrar. Y estaré en este juego toda la vida”.

Entonces es muy importante tomar consciencia de cómo respiramos, para lograr mejorar esa respiración y con ella el manejo de nuestras emociones, la oxigenación de nuestro organismo y el aumento de nuestro sistema inmunológico. Más equilibrados y menos tensos estaremos más cerca de alcanzar ese equilibrio tan necesario y buscado entre mente, cuerpo y espíritu.

Andrea Calvete


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