TONOS OCRES
Tonos ocres, naranjas y rojizos
tiñeron el atardecer,
cargado de magia y encanto.
La paz atravesó el aire,
se detuvo un instante el Planeta.
Ese fugaz momento alcanzó para calar hondo,
para apaciguar el espíritu,
para beber de la tranquilidad del atardecer,
lleno de misterio y encanto.
El sol casi oculto se despidió
con un guiño y una caricia suave
para el alma y el cuerpo lleno de vida.
Así con movimientos lentos y certeros,
se dio paso a la luna y a las estrellas,
que ansiosas y palpitantes,
esperaban instalarse en el firmamento.
Andrea Calvete