EL ELIXIR
La buscó hasta el cansancio, la esperó, le imploró, pero no dio señal alguna. Luego de mucho andar, cansado de tanto urdir, se sentó a la sombra fresca de un árbol milenario. La búsqueda infructuosa tomó un sentido, la savia que caía por el tronco se entremezcló con el sudor de su piel. Pudo percibir que la magia se impregnaba en cada acto de vida. Decido se zambulló en el océano de las posibilidades, buceó por las aguas cristalinas de la imaginación y la creatividad. Ya despojado de preconceptos y abierto al cambio percibió el elixir tan anhelado.
La Magia son momentos únicos, atesorados en el corazón,
guiados por algo inexplicable, llamado amor.
El elixir algo tan anhelado y buscado, se emparenta con la
perfección misma con esa quintaesencia que representa la aspiración, el aliento
que mantiene la vida en lo creado. El propio ser se manifiesta por el aliento
que da acción a la vida. De modo que el aliento o respiración es el medio que
une el espíritu divino al cuerpo material.
Descubrir esa quinta dimensión o Quinta Esencia es un camino
individual que, posiblemente, nos lleve hasta el atanor del ser, donde aparece
el calor más íntimo, pues todo lo que ocurre en nuestro cuerpo y mente se aloja
allí cómodamente, para dar lugar a los aromas de nuestra existencia, que podrán
trascender en el tiempo a través de los seres que lograron compartir lo más
profundo que habita en cada uno de nosotros.
La buscó hasta el cansancio, la esperó, le imploró, pero no
dio señal alguna. Luego de mucho andar, cansado de tanto urdir, se sentó a la
sombra fresca de un árbol milenario. La búsqueda infructuosa tomó un sentido,
la savia que caía por el tronco se entremezcló con el sudor de su piel. Pudo
percibir que la magia se impregnaba en cada acto de vida. Decido se zambulló en
el océano de las posibilidades, buceó por las aguas cristalinas de la
imaginación y la creatividad. Ya despojado de preconceptos y abierto al cambio
percibió el elixir tan anhelado.
Andrea Calvete