¿CUÁNTO PESAN LOS PENSAMIENTOS?
Día tras día somos la materia prima del mundo en el que vivimos. Sin darnos cuenta, por más que protestamos contra un sinfín de situaciones, éstas tienen correlación con cada decisión que tomamos, con cada pensamiento que elaboramos y expresamos.
Es así que si tomamos conciencia de nuestras responsabilidades, derechos y deberes, pronto podremos ver que el mundo como lo hemos creado es consecuencia de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Por lo tanto, difícilmente podamos cambiar algo si no empezamos por nuestro pensamiento, que es el timón de nuestras acciones. También es necesario tener presente que el tríptico pensamiento, palabra y acción camine con cierto grado de coherencia, si no de nada servirá alinearnos a nuestros pensamientos.
Algunas veces nos negamos a ver que un montón de situaciones que parecen no tener fin son mera consecuencia de un estado de derrotismo y angustia que nos invaden, que nos predisponen a ver pocas puertas de salida o posibilidades. Desde luego, quien está deprimido por alguna causa específica este sentimiento aflorará rápidamente. Pero si bien no es sencillo levantarnos cuando tocamos fondo, tampoco es imposible. El primer paso quizás sea mirar a nuestro alrededor con detenimiento, para descubrir que hay alguna persona a la que realmente importamos, nos quiere y nos necesita.
La vida te da mil y una razones para estar mal, pero también te da muchas para estar bien, lo importante es verlas y negociar con nuestro pensamiento que se interpone y nos muestra el medio vaso vacío. Que nuestro pensamiento se sincere con nosotros mismos y no nos haga trampa, la luz está aún en los días nublados, sólo es cuestión de abrir las ventanas. Los pensamientos pueden tener un enorme peso en cada decisión, en cada paso que damos, por lo tanto, debemos analizarlos con detenimiento para no dejar que nos invadan aquellos que lo único que hacen es paralizarnos y oscurecer nuestros días.
Andrea Calvete
Es así que si tomamos conciencia de nuestras responsabilidades, derechos y deberes, pronto podremos ver que el mundo como lo hemos creado es consecuencia de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Por lo tanto, difícilmente podamos cambiar algo si no empezamos por nuestro pensamiento, que es el timón de nuestras acciones. También es necesario tener presente que el tríptico pensamiento, palabra y acción camine con cierto grado de coherencia, si no de nada servirá alinearnos a nuestros pensamientos.
Algunas veces nos negamos a ver que un montón de situaciones que parecen no tener fin son mera consecuencia de un estado de derrotismo y angustia que nos invaden, que nos predisponen a ver pocas puertas de salida o posibilidades. Desde luego, quien está deprimido por alguna causa específica este sentimiento aflorará rápidamente. Pero si bien no es sencillo levantarnos cuando tocamos fondo, tampoco es imposible. El primer paso quizás sea mirar a nuestro alrededor con detenimiento, para descubrir que hay alguna persona a la que realmente importamos, nos quiere y nos necesita.
La vida te da mil y una razones para estar mal, pero también te da muchas para estar bien, lo importante es verlas y negociar con nuestro pensamiento que se interpone y nos muestra el medio vaso vacío. Que nuestro pensamiento se sincere con nosotros mismos y no nos haga trampa, la luz está aún en los días nublados, sólo es cuestión de abrir las ventanas. Los pensamientos pueden tener un enorme peso en cada decisión, en cada paso que damos, por lo tanto, debemos analizarlos con detenimiento para no dejar que nos invadan aquellos que lo único que hacen es paralizarnos y oscurecer nuestros días.
Andrea Calvete