¿CÓMO DISEÑAR NUESTRA SECUENCIA?
Día tras día se suman diferentes actos en nuestras vidas, algunos parecen no tener demasiado sentido, pero están allí delante nuestro intentando decirnos algo. ¿Pero qué?, una pregunta que seguramente se han planteado infinidad de veces, o simplemente ¿por qué a mí?
Más allá de las posibles respuestas el tiempo no se detiene y da paso a nuevos acontecimientos que se van encadenando lentamente, y cuando queremos acordar se ha tejido un sinfín de hechos que no alcanzamos a entender y que se suceden en forma secuencial, como un guión cinematográfico, sólo que ésta es nuestra propia película.
¿Somos protagonistas de este film o meros espectadores? La respuesta a esta pregunta es clave para saber dónde nos ubicamos a la hora de definir qué papel queremos jugar en nuestra propia vida. No cabe duda que en la medida que más nos involucremos con todo lo que vivimos protagonizamos mejor nuestra historia.
Año tras año vemos que el almanaque cada vez va más prisa, y entonces al hacer una pequeña pausa nos damos cuenta que el trayecto se acorta, y es quizás este el momento de cambiar el orden secuencial de lo que estamos viviendo. Por ejemplo decidimos priorizar en aquello que nos gusta nos satisface o nos llena de plenitud, para dejar atrás lo que resta y nos quita energía.
Inevitablemente corremos diariamente tras nuevas metas y desafíos, sin embargo, es importante no olvidar que “el que mucho abarca poco aprieta”, y que el tiempo es un bien muy preciado que lentamente se nos escapa de nuestras manos.
El estado anímico que nos habita hace que vivamos las etapas de diferente manera y concomitantemente dependiendo de cómo van saliendo nuestras cosas nos vestimos de mejor o peor humor. De esta forma se va gestando una secuencia única y diferente en cada uno de nosotros que se corresponde a nuestro ciclo de vida.
Quizás es hora de decidir ¿cómo diseñar esa secuencia que dará forma a los sucesivos días que nos queden por vivir? Si bien “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”, está en cada uno de nosotros ver cómo nos levantamos cuando hemos caído en un pozo para no quedar enterrados en él, y si hemos tropezado a levantarnos porque de cada golpe se aprende y se sale fortalecido en la vida.
Más allá de las posibles respuestas el tiempo no se detiene y da paso a nuevos acontecimientos que se van encadenando lentamente, y cuando queremos acordar se ha tejido un sinfín de hechos que no alcanzamos a entender y que se suceden en forma secuencial, como un guión cinematográfico, sólo que ésta es nuestra propia película.
¿Somos protagonistas de este film o meros espectadores? La respuesta a esta pregunta es clave para saber dónde nos ubicamos a la hora de definir qué papel queremos jugar en nuestra propia vida. No cabe duda que en la medida que más nos involucremos con todo lo que vivimos protagonizamos mejor nuestra historia.
Año tras año vemos que el almanaque cada vez va más prisa, y entonces al hacer una pequeña pausa nos damos cuenta que el trayecto se acorta, y es quizás este el momento de cambiar el orden secuencial de lo que estamos viviendo. Por ejemplo decidimos priorizar en aquello que nos gusta nos satisface o nos llena de plenitud, para dejar atrás lo que resta y nos quita energía.
Inevitablemente corremos diariamente tras nuevas metas y desafíos, sin embargo, es importante no olvidar que “el que mucho abarca poco aprieta”, y que el tiempo es un bien muy preciado que lentamente se nos escapa de nuestras manos.
El estado anímico que nos habita hace que vivamos las etapas de diferente manera y concomitantemente dependiendo de cómo van saliendo nuestras cosas nos vestimos de mejor o peor humor. De esta forma se va gestando una secuencia única y diferente en cada uno de nosotros que se corresponde a nuestro ciclo de vida.
Quizás es hora de decidir ¿cómo diseñar esa secuencia que dará forma a los sucesivos días que nos queden por vivir? Si bien “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”, está en cada uno de nosotros ver cómo nos levantamos cuando hemos caído en un pozo para no quedar enterrados en él, y si hemos tropezado a levantarnos porque de cada golpe se aprende y se sale fortalecido en la vida.
Andrea Calvete