¿DÓNDE SE UBICA TU AUTOESTIMA?
Por Andrea Calvete
Una autoestima adecuada nos permitirá enfrentar la vida con
optimismo, en sano equilibrio emocional, de modo que será posible utilizar
todas las herramientas que disponemos para abrirnos paso en la vida.
En sí, lo primero que implica es respeto por nosotros
mismos, por lo que somos. Si partimos de esta base ya tenemos gran parte del
camino allanado.
Asimismo, deberemos tener confianza en lo que somos, aunque
muchas personas suelen decir “la tengo, pero en la vida las cosas no me salen
como pretendo” y viceversa. Lo que ocurre, es que son cosas distintas, los
logros obtenidos y la confianza, no precisamente van de la mano, pues mucha
veces aspiramos metas inalcanzables, o tomamos caminos inadecuados, o por el
contrario llegamos a esos destinos pero no confiamos en nuestra persona o no
estamos satisfechos en cómo somos.
Generalmente, la autoestima se conforma en los primeros años
de la niñez, entonces en ella influirán el hogar, la escuela y la familia. Mas
cuando ella ha sido perjudicada por situaciones tales como la violencia de algún
tipo, la misma puede aparecer muy por debajo del nivel normal.
En casos en los que no nos es posible enfrentar lo que nos
toca pues no contamos con las herramientas suficientes, es importante consultar
un especialista, que nos permitirá superar esas inseguridades o al menos nos
presentará opciones para encontrar una salida.
La vida en sí, diariamente agrede este rico patrimonio, y
con el transcurso de los años no sólo se debilita el físico sino también la
mente, que son asaltados por el cansancio, el estrés, los problemas del diario
vivir, y la gran agresividad vigente en este siglo XXI que con gran facilidad
hace aflorar nuestro enojo en un abrir y cerrar de ojos.
Asimismo, cabe señalar que la autoestima puede verse
saboteada por nuestro inconsciente, que nos permite aflorar el miedo
emocional, y nos lleva a disminuir los
niveles de autoestima.
Mas en el camino de la vida, la sociedad nos enseña a “etiquetar” lo que está
bien y lo que no, algunas veces prescindiendo de los verdaderos valores humanos,
simplemente movidos por la necesidad de alcanzar metas que van en contra del propio
individuo, de su autoestima, pues se persiguen metas inalcanzables, que están
más allá de nuestras posibilidades. Se nos vende un mundo perfecto, donde no
hay lugar para los defectos ni las equivocaciones, donde las situaciones nos cierran en forma automática.
Y es así que los medios de comunicación nos inculcan familias ideales, personas
perfectas, donde no hay lugar para todos, sino para aquellos que tienen una
imagen “ideal”, también establecida por patrones que no tienen ni pie ni
cabeza.
Y es así que nos enfrentamos a una sociedad, que muchas
veces contribuye a bajar nuestra autoestima sin que nos demos cuenta, sin que
seamos capaces de comprender que el hecho de no poseer ese imagen que marcan a
fuego en nuestro inconsciente no es relevante, pero a la larga influirá para
que cuando nos miremos al espejo o analicemos cómo somos, estemos desconformes,
pues no nos ajustamos al prototipo que venden los medios.
Por estos motivos, es necesario hacer una pausa y
cuestionarnos ¿dónde se encuentra nuestra autoestima? Pues de ella dependerá el
equilibrio físico y mental necesario en nuestro organismo para vivir en paz con
nosotros mismos. La autoconfianza y la valía nos permiten a los individuos
sentirnos útiles con nosotros mismos y con los demás.
Y la confianza en uno mismo, también se proyecta a través de
la autorrealización. Las personas con autoestima positiva ven su sistema
inmunológico fuerte, pues esta confianza en sí mismo genera resistencia en su
organismo. Sin embargo, cuando la autoestima es baja, nuestra capacidad de
enfrentar las adversidades de la vida disminuyen, y nuestras defensas también.
Es importante tener en cuenta que no se trata de ir mirando
por encima a los demás sino a nuestra misma altura, sino ya no hablamos de una
correcta autoestima.
Como arquitectos de nuestra propia vida, somos lo que
pensamos. De este modo, si estamos convencidos que no somos capaces de realizar
determinadas tareas, posiblemente nunca lo seamos. Debe existir una relación
armónica entre lo que pensamos y deseamos. Quizás esta sea la clave para que
una persona se encuentre satisfecha consigo misma.
Finalmente, tengamos claro que todos tenemos problemas, que
la felicidad son pequeños momentos que se dan día a día, y no metas utópicas,
pues sino más allá de una correcta autoestima viviremos contrariados
defraudados esperando más y más sin disfrutar, de lo que somos y tenemos que es
mucho.