EL VIENTO QUE AGITA NUESTRA MENTE

El viento que agita nuestra mente se viste de deseos, de expectativas, se perfuma de ansia e inquietud mientras los minutos se diluyen en el mar de la vida. Aferrados a lo que esperamos y nos ponemos como meta, nos sostenemos del mástil de la esclavitud, de las cadenas de la necesidad, sin disfrutar del aquí y ahora, de ese devenir que transcurre y nos invita a ser parte. En un abrir y cerrar de ojos, nos damos cuenta de que ha pasado una década, y otra… y cuando queremos ver se nos escapan los años de las manos, y como un puñado de arena los intentamos atrapar, pero no es posible, se deslizan y fluyen. Los que no fluimos somos nosotros que estamos estancados con preocupaciones, anhelos, y observando la sombra de la vereda vecina que parece ser más fresca que la nuestra. El viento que agita nuestra mente nos ha enseñado a no soltar, a mantenernos aferrados a recuerdos, a nexos innecesarios, a situaciones y personas superfluas, a datos que realmente no son de nuestra incumbencia. Pero a...