LEYENDA DE LA FELICIDAD
Una noche estrellada y plateada por la luna la felicidad se hizo presente alrededor del fuego, mientras todos escuchaban al chamán de la tribu, la magia se apoderó de su cuento, y el encanto embelesó a todos los presentes. Permanecieron horas escuchándolo casi sin pestañear. Habían llegado a este encuentro luego de recorrer miles de kilómetros en busca de una felicidad que se escapaba como arena entre sus manos.
El chamán era un hombre anciano muy sabio al que la gente consultaba por diferentes inquietudes, llegaban de distintos lugares esperanzados en encontrar una respuesta. Aquella noche supo que ya no le quedaba mucho tiempo, entonces les dijo:
-La felicidad es como una mariposa mágica, no intenten atraparla, persigan su luz y disfruten de su belleza. Guiados por la gratitud y la alegría recorran junto a ella el camino de la vida y no la busquen como un destino sino como una compañera de senda. La mariposa aparecerá a aquellos que sean capaces de mirar con el corazón y sepan disfrutar de los pequeños y maravillosos momentos de cada día.
La felicidad es un regalo que se encuentra en las cosas más simples, en los momentos más inesperados, en las sonrisas de los seres queridos y en los pequeños logros que generalmente pasan desapercibidos. Hoy está aquí junto a nosotros iluminándonos con su grata compañía, los invito a que se la lleven en el corazón y cuando la necesiten pongan sus manos en el pecho y dejen que el latir los guie- finalizó el chamán.
Cuentan que el anciano murió poco después, pero la felicidad se continuó esparciendo por los alrededores, pues aquella noche la leyenda comenzó a trasmitirse generación tras generación.
Andrea Calvete